Contrario al liderazgo del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a nivel central a través de Luisa María Alcalde Luján y Carolina Rangel, en Morelos este instituto político va en retroceso, ya que por lo menos dos de las principales integrantes del Comité Ejecutivo Estatal lo están utilizando para sus proyectos personales, aprovechando la reforma electoral que reserva 11 alcaldías sólo para mujeres.
Sí, comenzando por la presidenta, Mirsa Berenice Suárez Maldonado, quien ya se ve relevando a Alan Martínez en Jojutla, donde ya ocupó el cargo de regidora y presidenta municipal interina, todo bajo la sombra de Juan Ángel Flores Bustamante.
Sin embargo, no la tiene tan segura. Sobre todo después de los conflictos que ha tenido con diferentes líderes del mismo partido en la integración de los comités seccionales. Hay un video que evidencia su falta de liderazgo, en el que aparecen varios hombres y la dirigente discutiendo sobre quiénes tienen el derecho a votar y quienes no. La acusan de favoritismo hacia un grupo, pero al parecer perdió la representación en su propia localidad.
Por si esto no fuera suficiente, la secretaria de Finanzas, Paola Cruz Torres, también está trabajando para su propio proyecto personal que se llama Presidencia Municipal de Cuautla, pero tiene el mismo problema que su compañera Mirsa: no hay empatía con la gente. Ambas tienen la esperanza de que la marca las lleve a los puestos que se proponen.
En el caso de Cuautla, suponemos —no tenemos pruebas— que la secretaria general, Martha Patricia García Garnica, está apoyando a su hermana Araceli para que sea la candidata a alcaldesa para continuar el proyecto que dejó su marido Rodrigo Arredondo, de la misma forma que Noemí Anaya Villegas, secretaria de Organización (que no organiza nada) estaría haciendo todo lo posible para que su hermana Sandra agarre un buen puesto en el 2027.
Creo que la única que no tiene parientes que tengan aspiraciones es la secretaria de Mujeres, María José Platas. Completa el comité directivo Jorge Orihuela Pérez, hijo de Amado Orihuela, que a pesar de que es secretario de Comunicación, desde que asumió el cargo no ha hecho nada por mejorar la imagen de ese instituto político.
Por eso decimos que pobre Morena, pero no la nacional, que va de “viento en popa” con miras al proceso electoral 2027, cuando tendrán que demostrar “de que cuero salen más correas”.
Y es que, durante la dirigencia de Mario Delgado Carrillo, Morena consolidó importantes victorias electorales que marcaron su auge como partido dominante. Bajo su mando se consiguieron triunfos en múltiples gubernaturas y espacios legislativos, fortaleciendo la posición del partido en el mapa político nacional y apoyando el tránsito de Morena de un movimiento a una fuerza estructurada capaz de competir y ganar en diversos niveles de gobierno. Además, Delgado tuvo un papel clave en articular la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum, que resultó en la primera presidencia femenina de México con un amplio respaldo electoral en 2024, un logro significativo en la historia política reciente.
Sin embargo, la gestión de Delgado también reflejó debilidades que dieron señales de tensiones internas profundas. La percepción de centralismo en la toma de decisiones y el uso de encuestas internas como mecanismo de selección de candidatos generaron acusaciones de manipulación y críticas por falta de transparencia entre militantes y sectores del propio partido. Esto debilitó la cohesión interna y abrió fracturas entre distintos grupos políticos dentro de Morena, afectando la credibilidad de sus procesos democráticos internos.
Con la llegada de Luisa María Alcalde Luján a la dirigencia nacional del partido, Morena buscó renovar su imagen interna con una figura joven y con experiencia en el gabinete federal. Su liderazgo representa una renovación generacional y un intento de institucionalizar al partido más allá de las figuras fuertes que lo han dominado históricamente. La fortaleza de Alcalde radica en justamente esa apuesta por estructuras más institucionales y la posibilidad de abrir espacios a nuevas generaciones de militantes.
No obstante, el contexto en el que se inserta su liderazgo muestra que el partido enfrenta desafíos más amplios que repercuten en su eficacia como organización política. La percepción de crisis interna, fracturas y luchas de poder entre figuras prominentes ha sido señalada por analistas como un síntoma de liderazgo débil o insuficiente para contener intereses contrapuestos que amenazan la unidad partidaria. Estas tensiones han incluido acusaciones de nepotismo, ostentación y falta de control sobre la conducta de algunos miembros, factores que han impactado negativamente en la percepción pública de Morena como una fuerza moralmente diferenciada de los partidos tradicionales.
En el plano de la imagen pública, otro elemento relevante durante este ciclo de liderazgo ha sido la gestión de la transición del discurso de austeridad original del obradorismo hacia la realidad de un partido que ahora ocupa el poder. Fotografías y reportes de figuras cercanas al partido en contextos de lujo han enturbiado la narrativa de humildad y austeridad, obligando a la dirigencia a enfrentar críticas tanto internas como externas sobre la coherencia entre discurso y práctica.
Finalmente, el desempeño reciente de Morena bajo sus dirigentes ha mostrado una fortaleza electoral clara y una capacidad de gobernar que se refleja en el control de amplios espacios institucionales, pero también una debilidad en su cohesión interna y en la consolidación de mecanismos democráticos sólidos que puedan garantizar transparencia, representatividad y apoyo amplio de sus bases. La transición de un movimiento liderado fuertemente por una figura icónica como López Obrador a un partido con estructuras autónomas sigue siendo un proceso en construcción, con retos significativos tanto organizativos como de imagen pública y cohesión política.
Pero —como decíamos al principio de la columna—, los números no mienten y en el 2027 tendremos cifras que nos permitirán calificar con mayor objetividad el trabajo de Morena, tanto a nivel nacional, como en Morelos.
HASTA MAÑANA.
