En México hay un dicho muy popular que dice: “Cuando las comadres se pelean, salen las verdades”. Y eso está ocurriendo en un área dependiente del Congreso Local que se llama Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF), donde dos grupos se están dando con todo y lo único que están logrando es que ambas partes se embarren de porquería y la imagen de la institución que se supone debería ser garante del cumplimiento de la normatividad, hoy esté en boca de todos a nivel nacional.
Primero, El Universal publica un extenso reportaje de investigación en el que exhibe con pruebas irrefutables lo que todos sabíamos en Morelos: que el titular de la ESAF, José Blas Cuevas Díaz, se dedicó a asesorar y constituir empresas desde su despacho privado, pero su salto a la función pública en 2022 le abrió la puerta a posibles conflictos de intereses al tener que auditar contratos de compañías propias o de sus clientes.
El reportaje firmado por el reportero Ernesto Aroche comienza diciendo que “en el 426 de la avenida Plan de Ayala, una vialidad que cruza la ciudad de Cuernavaca, Morelos, se alza un anuncio espectacular en el que se ofrecen servicios fiscales y la promesa de proteger el patrimonio de la gente. Firma el despacho Defensa Contable y Fiscal, que se ubica en el mismo lugar que el anuncio, y que tuvo como socio a José Blas Cuevas Díaz, titular de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización del Congreso de Morelos (ESAF)”.
La información obtenida en el Registro Público de la Propiedad de Morelos revela que Blas Cuevas dejó la sociedad en octubre de 2023, cuando vendió la totalidad de sus acciones a una persona de nombre Luis Ramón Hernández Montoya, aunque el movimiento se formalizó hasta marzo de 2025, fecha en que se registró ante las autoridades (muy probablemente porque alguien le pasó “el pitazo” de que lo estaban investigando).
Es decir, vendió sus acciones 10 meses después de ser nombrado encargado de despacho, y solo dos meses antes de ser ratificado como titular del ESAF por el Congreso de Morelos. Aunque en su declaración patrimonial y de intereses no hay registro del pago de las acciones, lo que se reporta como ingreso es su salario como funcionario público de 2022 a la fecha.
Resulta que Luis Ramón Hernández Montoya, es un joven nacido en 1999 y quien no cuenta con ninguna experiencia como contador o abogado fiscalista. Es hijo de Julieta Montoya Suarez, quien hasta hace unos años era encargada de un café internet en la calle de Las Casas en el centro de Cuernavaca.
Julieta Montoya actualmente se desempeña como vicepresidente del Consejo Directivo de la Sección Regional Morelos de la Asociación Mexicana Hidráulica. (AMH). Una fuente cercana confió a este columnista que ella es socia de Blas en negocios de obras y construcción. Actualmente construyen hoteles en Punta Cana, República Dominicana, a donde Julieta Montoya viaja frecuentemente. De la misma forma, Luis Ramón Hernández Montoya, se ostenta como propietario del restaurante “Casa Encanto” ubicado en la calle Copalhuacan 4, inmueble que pertenece a Blas.
El reportaje de El Universal, que ameritó meses de investigación e infinidad de solicitudes de información pública, prácticamente “desnudó” al funcionario, pero —tal como lo advertimos en este mismo espacio— jurídicamente no tuvo ningún efecto.
Y es que Blas es un profesionista que, a estas alturas, no tiene necesidad de trabajar. Por eso cuando los nuevos diputados asumieron el cargo encontraron la renuncia de Blas, pero no se la aceptaron, quizás entusiasmados por el rumor de que “Blas hace millonarios a los diputados”.
“Este impecable trabajo de investigación es muy probable que gane un Premio de Periodismo (como en su momento ocurrió con “La Estafa Maestra”), pero jurídicamente no le hará nada a Blas, quien tiene asegurados ocho años al frente de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización”, pronosticamos en nuestra entrega del pasado 21 de octubre.
Y efectivamente, más allá de que sus instalaciones en Plan de Ayala 426 ya están totalmente abandonadas (después de una millonaria inversión en su remodelación), todo sigue exactamente igual.
Acostumbrado a suponer que todo lo que se publica en un medio de comunicación “alguien lo pagó”, Blas Cuevas le echó la culpa del reportaje de El Universal a quien fuera su directora administrativa, Giovanna María González Cerezo, hermana del ex alcalde de Cuernavaca y actualmente magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa, Roque González Cerezo.
El pasado 20 de noviembre, se publicó un reportaje en el portal Mexicanos contra la Corrupción titulado “Corrupción en Auditoría de Morelos: acusan a directiva de quebranto por $2millones”.
Según la publicación, González Cerezo fue removida por el Congreso de Morelos el 16 de julio, luego de que el 14 de julio la Junta de Coordinación Política recibió la propuesta de remoción de la hoy exfuncionaria, quien estuvo en el cargo casi cuatro años.
“En su lugar, se nombró a Jorge Montoya Suárez como encargado de despacho, además de otros funcionarios para atender las áreas dependientes de la dirección general de Administración”, dice la nota firmada por Eduardo Buendía. (¿Jorge Montoya será pariente de Julieta y Luis Ramón?).
La acusan de haber pagado con recursos del erario gastos personales como comidas en fin de semana, flores y boletos de cine, además de contratar empleados sin el perfil adecuado. Documentos con el logotipo de la ESAF fueron publicados en el portal de Mexicanos contra la Corrupción y en diversos medios nacionales como TV Azteca, donde también fueron exhibidas fotografías de la exservidora pública.
A la fecha, nadie nos ha podido explicar qué sucedió aquel 13 de mayo del año pasado cuando el nombre de Giovanna María González Cerezo apareció en Registro Nacional de Detenciones (RND) de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SSPC), donde se informó que fue detenida a las 12:30 horas del lunes 13 de mayo de 2024 en la calle Cecilio A. Robledo de la Colonia del Lago, en las instalaciones de la ESAF.
HASTA MAÑANA.
