En sus primeros días como secretario de Gobierno de Morelos, Édgar Maldonado Ceballos ha encabezado reuniones donde ha demostrado su liderazgo y capacidad de convocatoria, y actualmente se encuentra conformando su equipo de trabajo, lo que será determinante para cumplir en forma eficiente con la encomienda que le dio la gobernadora Margarita González Saravia.
La reunión que encabezó el pasado martes con la mayoría de presidentes municipales (sólo faltaron Enrique Alonso Plascencia, de Tlaquiltenango; Israel Andrade, de Jonacatepec; Gonzalo Flores, de Xochitepec, y Santos Tavares, de Emiliano Zapata) sirvió para que los alcaldes “cerraran filas” en temas tan importantes como es la seguridad pública y protección civil. Los alcaldes se fueron con una buena impresión del joven funcionario que habrá de sustituir a Juan Salgado Brito.
Ayer, acompañó a la gobernadora a inaugurar el XXV Congreso Nacional de Defensorías Públicas Estatales, que se realiza este jueves y viernes en el Centro Cultural Teopanzolco, con la participación de los titulares de las Defensorías de una docena de entidades federativas, un evento que organizó todavía el extinto Salgado Brito con el apoyo de la directora del Instituto de la Defensoría Pública, Everest Alejandra López Romero.
Pero también se ha dado tiempo para conformar su equipo de trabajo. Por principio de cuentas, se trajo de la Fiscalía a dos de sus colaboradores de mayor confianza: los víctores.
Se trata de Víctor Rogel Gabriel, un abogado “todo terreno” al que hemos visto desempeñarse en puestos de lo más variado: desde auxiliar administrativo en la Secretaría de Administración del Gobierno estatal hace muchos años; después en el DIF; asesor jurídico de Puente de Ixtla y posteriormente en Emiliano Zapata; secretario del Ayuntamiento de Jiutepec, director de Proceso Legislativo del Congreso y últimamente en el Tribunal Estatal Electoral.
Es el típico colaborador que conoce a todo mundo y te saca de cualquier problema, además de una lealtad a toda prueba.
Ya con Édgar Maldonado fue por algunos meses fiscal de Delitos Electorales y ahora le dio el cargo de coordinador de asesores en sustitución del general Dauahare.
El otro “brazo” del secretario de Gobierno es Víctor Maruri Alquisira, un joven y brillante maestro en Derecho que ha destacado en diversas áreas del servicio público. Baste recordar que en la Comisión de Derechos Humanos del estado de Morelos comenzó siendo auxiliar en la Dirección de Quejas y terminó siendo encargado de la presidencia por un corto tiempo.
También ha sido secretario ejecutivo del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC) y ahora Édgar Maldonado le ha encargado la secretaría técnica de la institución.
La otra columna vertebral de la Secretaría de Gobierno es Armando Hernández del Fabbro, un abogado al que conocemos desde su tiempo de estudiante (generación 1995-2000) de la Facultad de Derecho de la UAEM. Con su agrupación “Armando Ciudadanía” logró juntar un buen número de profesionistas que puso al servicio de la candidata de Morena, hoy gobernadora, Margarita González Saravia, quien le tiene buena estima y sobre todo confianza.
Del Fabbro es el encargado de la Dirección Jurídica de la Secretaría de Gobierno, que es la instancia encargada de vigilar el comportamiento de ese grupo de élite llamado “los notarios”. Es un hombre que se lleva bien con todo mundo, lo que facilita el trabajo de sus superiores.
Ellos son los que —desde nuestro punto de vista— tienen asegurado el cargo por ser gente, ya sea de la gobernadora, o del secretario de Gobierno. De ahí hacia abajo, hay gente valiosa que tiene muchos años en esa dependencia y que ha visto pasar a muchos titulares y a todos les han demostrado lealtad y eficiencia. Nos referimos específicamente a Rafael Molina y Anaís Villanueva, quienes seguramente serán ratificados.
Otro elemento valioso es el director del Instituto de Servicios Registrales y Catastrales, Oscar Rosales, quien en este primer año ha mantenido a esa dependencia libre de escándalos y los notarios están contentos con él.
No podemos decir lo mismo de Sergio Israel González Macedo, eterno director del Registro Civil. Lo más seguro es que ya no regrese después de vacaciones de navidad, pues se ha convertido en un funcionario incómodo para la actual administración por el simple hecho de que es esposo de la ex secretaria de Administración, Mirna Zavala Zúñiga, a quien supuestamente investiga la Fiscalía Anticorrupción por enriquecimiento inexplicable.
Y, como decíamos hace algunos días, “el agua está tomando su nivel” en Morelos. Ya con un nuevo fiscal general en la persona de Fernando Blumenkron Escobar, que tomó protesta ayer, se acaban las especulaciones y las campañas “negras” en contra de algunas mujeres y hombres contra quienes se ensañaron algunos colegas. Desde nuestro punto de vista, hubo rudeza innecesaria contra la magistrada Adriana Pineda.
Lo más importante es que habrá continuidad en la Fiscalía General, porque ya no podemos andar haciendo experimentos con nuevos titulares que lleguen a hacer cambios y a provocar la incertidumbre en la plantilla laboral.
Hoy tenemos al mejor elemento en la Fiscalía, un hombre preparado académicamente, con experiencia en la materia y con mucha sensibilidad. Qué bueno que hubo sensatez en la gobernadora y madurez entre los 20 integrantes de la Legislatura Local, y en un abrir y cerrar de ojos se definió este asunto que ya amenazaba con provocar ingobernabilidad.
Y en la Secretaría de Gobierno tenemos a un servidor público joven, sin mucha experiencia en la administración pública pero con todas las ganas de sacar adelante al estado y, principalmente, que cuenta con el apoyo absoluto de la gobernadora.
Como quien dice, ya tenemos una maquinaria nueva y bien aceitada, ya sólo falta echarla a andar y que dé resultados.
HASTA EL LUNES.
