La lamentable y repentina partida de Don Juan Salgado Brito motivó una serie de acontecimientos al interior de la administración de Margarita González Saravia, y aunque al principio hubo un poco de inestabilidad derivado de la efervescencia política, al final “las aguas están tomando su cauce” y esperemos que todo sea para el bien de los morelenses.
Desde nuestro particular punto de vista, no es un error la designación de Edgar Maldonado Ceballos como secretario de Gobierno de Morelos; lo que sí fue un error fue haberlo enviado a la Fiscalía y sacarlo unos cuantos meses después, cuando apenas se estaba empapando de todo lo que hace esa institución y conformando su equipo de trabajo.
Lo dijimos recién que el Congreso designó al nuevo fiscal tras la salida de Uriel Carmona: no es buena señal que la jefa del Poder Ejecutivo mande a su “brazo derecho” a una institución que se supone es autónoma, además de que Edgar es experto en varias disciplinas del servicio público, pero no en derecho penal.
“En especial yo le quiero agradecer a Edgar Maldonado porque él no era parte de esta cuestión penal que ustedes conocen, estaba en la cuestión electoral pero es un excelente ser humano y eso es lo que importa al final”, dijo textualmente la gobernadora en una comida ofrecida en la residencia oficial con motivo del Día del Abogado, el pasado 11 de julio, lo que fue interpretado por muchos de los presentes como un “denle chance a mi muchacho”.
Su designación como consejero jurídico del Gobierno Estatal fue totalmente acertada. Así, el abogado al que Margarita González Saravia le tiene más confianza podría conocer todo el entramado legal y los asuntos más delicados en los que es parte el gobierno del Morelos, y en un año estaría listo para asumir cualquier otro encargo de la gobernadora.
Por eso expresamos nuestra sorpresa cuando el 13 de febrero pasado fue designado por unanimidad como responsable de la persecución del delito en Morelos Edgar Maldonado.
En honor a la verdad, no todo lo que hizo Uriel Carmona fue negativo. Su único problema fue haber emitido una opinión técnica cuando nadie se la había pedido, y que su teoría de que la joven Ariadna “murió por borracha” fue el tema perfecto para que una candidata presidencial se congraciara con el sector feminista que no la veía muy comprometida con ese sector.
Luego, ensoberbecido por su sapiencia jurídica y sus contactos en el Poder Judicial Federal donde trabajó por varios años, se empecinó en sostenerse en el cargo a pesar de que todos le decíamos que en lo legal tenía razón, pero en este país lo político termina por imponerse.
Tan es así, que en su lugar no llega el más preparado académicamente ni el de mayor experiencia en el rubro, sino el que mejor relación tiene con la gobernadora. Negar que Edgar es el abogado más cercano a Margarita González Saravia sería como querer tapar el sol con un dedo, además de que ambos lo presumen con orgullo.
Ahora bien, el hecho de que sea el abogado más cercano a la gobernadora tiene sus ventajas. Por principio de cuentas, habrá una comunicación directa y se terminará la mentira de que había coordinación entre las diferentes corporaciones cuando Uriel no estaba en las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz.
Se da por hecho que, si el 100% de los diputados votaron a favor de Edgar Maldonado, que fue propuesta de la jefa del Ejecutivo, no habrá ningún impedimento para que lo sigan apoyando en lo que les pida. Lo ideal sería que a cambio de nada, pero ya sabemos que eso es prácticamente imposible.
El candidato idóneo para ocupar el cargo lo era el abogado Fernando Blumenkron Escobar, quien ocupó la titularidad de la institución por unos meses cuando tenía 33 años (el hoy fiscal iba en la Primaria) por la insólita circunstancia de que el procurador Carlos Peredo Merlo fue detenido en la ciudad de México.
Hasta ahí lo publicado el 14 de febrero en esta misma columna. Hoy, pareciera que la gobernadora ha rectificado, obligada por las circunstancias.
¿Cuáles fueron esas circunstancias? La ausencia de Don Juan Salgado Brito desató la efervescencia política tanto al interior como al exterior de la administración. Los que sabían que no se había ido de vacaciones comenzaron una estrategia mediática para llamar la atención de la gobernadora.
El show de la visita “sin escoltas” al Mercado Adolfo López Mateos de un alto funcionario de Gobierno no fue casual, como tampoco el que Miguel Peláez, subsecretario de Gobierno, pidiera que en los eventos públicos fuera anunciado ya no como representante del secretario de Gobierno, sino como representante de la mismísima Margarita González Saravia.
Otros secretarios de Gabinete comenzaron a moverse para que Margarita los viera. Desde el exterior también comenzaron a presionarla, como David Jiménez González, al que ya sólo le faltó que hubiera mandado un contingente como en los tiempos del PRI con una lona que dijera “Las fuerzas vivas de Morelos piden que David sea secretario de Gobierno”.
Hubiese sido un craso error que la gobernadora permitiera la entrada a su administración de un personaje ajeno totalmente a su proyecto y que es gente de Marcelo Ebrard, que compitió contra la hoy presidenta Claudia Sheinbaum.
Y antes de que esto se empezara a descomponer, llamó a su “caballito de batalla” y le preguntó: ¿Quieres ser secretario de Gobierno? A lo que Edgar Maldonado le contestó: Donde usted crea que le sirvo.
Lo demás, es lo de menos.
Así fue como, una vez más, Fernando Blumenkron Escobar quedó como responsable de la Fiscalía General de Justicia, que es donde debió estar desde el 13 de febrero. Ahora sólo falta que se realice el protocolo de mandar una terna al Congreso y que éste —por unanimidad— haga la designación correspondiente.
Así, Edgar Maldonado Ceballos se está convirtiendo en el funcionario más poderoso de este estado, sólo por debajo de la gobernadora. Tiene a dos de sus ex subordinados al frente de las instituciones más importantes: a Fernando Blumenkron al frente de la Fiscalía, y a Javier García Tinoco como presidente del nuevo órgano de administración del Poder Judicial.
Esperemos que ese exceso de poder no lo haga perder la cabeza tan temprano.
HASTA MAÑANA.
