A Adrián le gustaba cantar y encontró un auditorio muy singular: los grupos de WhatsApp. “Vamos a complacer a todos los huelemoles, este dos de febrero, día de la Candelaria con una canción de Joan Sebastian”, y comenzaba a interpretar una canción con su voz aguardientosa y desafinada. Pero aún así, los internautas le pedían melodías y felicitaciones en sus cumpleaños al que se hacía llamar “El Belicón”.
Como parte de su vestuario utilizaba un chaleco táctico color negro, con las letras “EL BELICON”, que fue lo único que conservó en sus 22 años de servicio en las filas de la Policía Municipal de Cuernavaca, de dónde -aseguran sus familiares- se jubiló, por lo que llevaba una vida tranquila en su casa de la colonia Lienzo del Charro.
“Vendía elotitos frente a la casa de su tía”, dice una de sus parientes al ser cuestionada sobre la actividad cotidiana de Adrián, quien también tenía mucho liderazgo entre sus vecinos, al grado de que era conocido como “ayudante municipal” aunque la colonia Lienzo del Charro no tiene Ayudantía.
Pero ayer jueves 3 de julio, su mañana se vio interrumpida por la llegada de policías estatales, Guardia Nacional, Ejército y Marina, que rodearon toda la cuadra. Incluso el helicóptero de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana comenzó a dar vueltas en el aire.
La pantalla del WhatsApp marcaba las 10:46 cuando se escuchó el primer audio grabado por Adrián Rivas:
“Si me pueden apoyar aquí, andador Miguel Hidalgo, colonia Lienzo del Charro, están los de la guardia, la federal, los guachos y me quieren llevar”, decía.
A los pocos minutos volvió a subir un audio pidiendo que acudieran periodistas para que dieran testimonio de lo que estaba ocurriendo. “No tengo miedo, nada más que me muestren la orden de aprehensión y me voy con ellos”, dijo.
Ya no volvió a usar el teléfono celular. Sus familiares y vecinos comenzaron a subir videos donde se observaban a policías con el rostro cubierto golpeando el candado de la puerta en el domicilio del ex elemento de Seguridad Pública Municipal. En una grabación al parecer hecha por el hoy detenido, se ven policías en las azoteas de las casas vecinas intentando entrar por él.
En otro video se observa a Adrián en la puerta de la casa exigiendo que le dejen ver la orden de aprehensión, y posteriormente otra grabación de teléfono celular muestra a los elementos federales llevando a una persona a la que le cubren la cabeza con una prenda de ropa, lo suben a una camioneta y se retiran.
Familiares y vecinos de Adrián se dirigieron a la glorieta de La Paloma de la Paz, donde bloquearon el paso vehicular con piedras durante varias horas. En entrevistas, su esposa se quejó de que durante el operativo -sin orden de cateo ni aprehensión-, se llevaron dinero en efectivo y celulares, además de que golpearon al detenido.
Por la mañana, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Miguel Ángel Urrutia, dijo en entrevista “banquetera” que el operativo se realizó “en apoyo a la Fiscalía General del Estado” y que el detenido está acusado de distribuir droga en todos los bares de la avenida Universidad. Fueron distribuidas fotografías donde aparece el chaleco táctico color negro, cuatro teléfonos celulares y una pistola, aunque en la información divulgada se hablaba de que también tenía en su poder drogas.
Hasta el momento de redactar la presente columna, ni la SSPC ni la Fiscalía General habían ofrecido una versión oficial al respecto, en tanto que sus compañeros del grupo de WhatsApp insisten en que “El Belicón” es inocente.
En conclusión, nuevamente tenemos un caso con dos versiones: una que habla de un ciudadano ejemplar, querido por sus vecinos, detenido ilegalmente, y por otra que menciona a un vendedor de drogas al menudeo e incluso también extorsionador, que lleva una “doble vida”.
En nuestra humilde opinión, tan grave es que se regrese a las detenciones arbitrarias para justificar el trabajo de las corporaciones, como el que haya un delincuente en las calles. Suponemos que los integrantes de la Mesa de Coordinación para la Seguridad y la Paz no se iban a arriesgar a hacer una detención a plena luz del día (frente a todos los medios de comunicación que llegaron) si no tuvieran los indicios suficientes para demostrar su culpabilidad.
Estamos casi seguros de que la detención de Adrián es la consecuencia de lo que han declarado los dos jóvenes capturados el 15 de junio en la casa de la colonia Delicias, y que la cacería contra el cartel de “Los Mayas” continuará hasta dar con la cabeza de la organización. Sin embargo, como dijera la presidente Sheinbaum: “Pruebas, pruebas, pruebas”.
Si “El Belicón” regresa en unos días o meses sin que le hayan comprobado nada, entonces las corporaciones habrán perdido nuestra confianza. Sin embargo, sus amigos de WhatsApp deben aceptar la posibilidad de que su compañero pudo haber incurrido en alguna conducta ilícita.
Este asunto es la primera prueba para los jueces del nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia, Juan Emilio Elizalde Figueroa, quien ya recibió el mensaje del secretario Urrutia en el sentido de que los jueces no deben dejar salir a los detenidos tan fácilmente. Como quien dice, “que le eche la mano” como lo hacía su antecesor Jorge Gamboa Olea, que hasta destituyó a un juez de Cuautla que se atrevió a liberar a un delincuente.
HASTA MAÑANA.