“Quien salva una sola vida es considerado
por las Escrituras como si hubiera
salvado al mundo entero”.
Sanedrín 37a
Dos días más y termina este ciclo del 2025. Todavía hay tiempo para perdonar, para sanar heridas, para pedir perdón, para iniciar el nuevo año con propósitos y proyectos nuevos. En síntesis, para comenzar un ciclo libre de pesares y con perspectivas edificantes.
En mi artículo pasado hablé de la mediación en los libros sagrados, y continuando con el tema, que me parece, debemos estudiar y aprender para tener una mejor manera de vivir, expongo a otros pensadores.
La mediación ha sido abordada desde la ética y la lógica por diversos autores. Sócrates a través de la mayéutica o el diálogo, sentó las bases de la escucha activa, una herramienta fundamental del mediador moderno para que las partes "den a luz" a su propia solución.
Heráclito y Protágoras: Heráclito planteó que el conflicto es parte de la naturaleza de las cosas, mientras que Protágoras, con su frase "el hombre es la medida de todas las cosas", aporta la visión subjetiva necesaria en mediación: cada parte tiene su propia verdad. No existe una sola verdad. La verdad como la realidad son construcciones sociales.
Baruch Spinoza: Propuso que la paz no es la ausencia de guerra, sino una virtud que surge de la fortaleza de ánimo y el entendimiento mutuo.
Algunos autores contemporáneos, como los de la Escuela de Harvard, Roger Fisher y William Ury: Autores de ¡Sí, de acuerdo! (Getting to Yes). Son los padres de la negociación basada en intereses y no en posiciones, que es el pilar de la mediación profesional actual.
El método de mediación de la Escuela de Harvard (también conocido como Modelo Lineal o Negociación Basada en Principios) fue desarrollado por Roger Fisher, William Ury y Bruce Patton. Su objetivo es transformar un conflicto de una "pelea por un pastel" a una "resolución de problemas conjunta".
Los 4 Pilares del Método Harvard. Para profundizar en este método, debemos entender sus cuatro reglas de oro:
Separar a las personas del problema: en un conflicto, las emociones suelen mezclarse con los hechos. Este paso busca que los mediadores ayuden a las partes a verse como "socios" que atacan un problema común, en lugar de verse como enemigos. Se valida la emoción ("Entiendo que estés molesto"), pero se mantiene el enfoque en los datos y la solución.
Concentrarse en los Intereses, no en las Posiciones: las posiciones son lo que las partes dicen que quieren ("Quiero que me pagues 1,000 dólares ahora"). Los intereses son las necesidades, miedos o deseos detrás de esa petición ("Necesito liquidez para pagar mi alquiler").
Acción: El mediador pregunta "¿Por qué?" o "¿Para qué?" hasta encontrar una base común donde ambos intereses puedan satisfacerse. Se deben generar opciones de mutuo beneficio: antes de decidir, hay que "agrandar el pastel". Se busca una lluvia de ideas sin juzgar, creando soluciones creativas que beneficien a ambos. Es el famoso "ganar-ganar".
Se proponen alternativas que no se habían considerado inicialmente, buscando sinergias. La solución no debe basarse en quién es más terco o poderoso, sino en estándares externos y justos (leyes, precios de mercado, opiniones de expertos, precedentes). Por ejemplo, si no hay acuerdo en el precio de un coche, se consulta el libro azul de precios en lugar de discutir subjetivamente.
Concepto Clave: El MAAN antes de mediar, Harvard enseña a calcular tu MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado). Es tu "plan B" si la mediación falla. Conocer tu MAAN te da poder y evita que aceptes un mal acuerdo por miedo.
Aprender este método no solo sirve para abogados o diplomáticos; es una herramienta de vida por las siguientes razones: preserva las relaciones: A diferencia de un juicio donde hay un ganador y un perdedor, la mediación de Harvard busca que la relación (familiar, laboral o comercial) no se destruya, ya que se basa en el respeto y la empatía.
Este método tiene resultados duraderos: Cuando las partes crean su propia solución, en lugar de que un juez se las imponga, es mucho más probable que cumplan el acuerdo de manera voluntaria y desarrolla la inteligencia emocional: Te enseña a escuchar activamente y a no reaccionar impulsivamente ante la ira del otro.
Creo que vale la pena iniciar el nuevo año con una perspectiva diferente para gestionar el conflicto y llegar a mejores acuerdos. ¿Qué te parece la idea?
¡Te deseo lo mejor para este 2026 y que logres todos tus objetivos!
