En el mundo literario hay quienes tienen amistades sinceras y quienes solo cultivan buenas relaciones por conveniencia. Yo comencé la vida bien acompañado, de personas leales, con quienes nos acompañamos hasta ahora, y también he tenido nuevas amistades en estas décadas de mi vivir. ¿Las amistades por conveniencia son buenas, útiles, deseables? Veamos
Como buen marginal que fui, me aferré a mis vínculos más amorosos y estable, mis amigos, de quienes recibí cariño y a quienes compartí mi ser. Al entrar al mundo artístico, me di cuenta de inmediato que hay mucha banalidad y superficialidad en los tratos sociales. Puedo decir que me sorprendió, pues en la camaradería convenenciera no hay códigos claros que se respeten ni lealtad, es decir, todo lo contrario a una amistad real.
La amistad es conveniente (asertiva), sí, pero no convenenciera (comecuandohay). Los poetas acomodaticios, carga maletines, lame botas y políticamente correctos siempre encontrarán un sitio entre la gleba temporal, corrupta y aburrida, de eso no hay duda, pero es un acto volitivo (nunca obligado) el seguir esa tendencia y dejar lejos la prudencia y la ética.
Los argumentos para ser convenenciero son poderosos, casi tanto que parecen válidos y hasta recomendables; por ejemplo, el consejo "solo háblale a quien pueda ayudarte a publicar, aunque te caiga mal o lo consideres una mala persona" nos rebaja a una carrera maquiavélica, a unas prácticas baratas (desde el punto de vista del humanismo) y a un capitalismo falso.
Besar la mano que pueda darte una beca es beneficioso pero solo desde el punto de vista de alcanzar una pequeña meta; obedecer órdenes de voces melifluas y malintencionadas te llevará a alcanzar éxitos pírricos, casi siempre cuestionables y para nada trascendentes; acatar la censura o ejercer la literatura bajo dictámenes licenciosos te dejará en la sombra de las letras con bastante seguridad.
Muchos poetas oscuros hay en este valle de lágrimas. Son aquellos que miran de soslayo a los que escriben libremente, los que critican lo que no han leído solo por seguir la línea de sus mandos, quienes tienen siempre becas y cobran del erario por trabajos perversos, los déspotas perfumados de palabras y formas lindas frente a la cámara, pero que te apuñalarían si pudieran.
Seguir a los amigos poderosos solo por destacar es dejar de lado tu posible talento y tu capacidad de crear libre. Quien se amista por corrupto terminará por usar su palabra para cualquier fin menos el literario. Los publirrelacionistas pervertidos llegan a creerse sus mentiras, pero en el fondo saben que son salvajes bestias bajo el yugo de la mafia o bien… dudan de si podrían haber logrado algo sin la perniciosa ayuda de los bondadosos contactos.
Todo tiene un precio, una repercusión: por años he visto caer en la miseria cultural o en el defenestro social a escritores que admitieron la conveniencia sobre el arte. He visto a jóvenes promesas ser viles en el servicio público o en empleos privado, en busca de venganza por el rencor que les dejó haber llegado a un sueldo o a una beca.
La mayoría terminan en oscuros departamentos de prensa o dando clases en misteriosas academias, alejados de sus poderosos benefactores, pero también de los medios y hasta de la razón. Terminan miserables cayendo en su espiral de falsedades y cuentas sin pagar, avergonzados de sí mismos, esperando que nadie los reconozca por sus fatuas glorias literarias.
En mi vida, la amistad es un alto valor, que no le daré a alguien solo por convivir, ganar dinero o ser publicado. Tengo amigos escritores y editores, pero por las personas que son, no por lo que pueda hacer con ellos. Incluso si me hubiera convenido, muchas veces dejé de hablarle a alguien por no congeniar con sus acciones o ideas.
Tengo ideales y aún no pienso renunciar a ellos. Y uno de los más importantes es que la amistad, como el verdadero arte, es libre, es amor, es un acto de reconciliación con el Universo, una pasión, un camino, una correspondencia, un aprendizaje y un diálogo.
Me han criticado por no tener amigos oportunos para pedirles favores en beneficio de mi arte y también he conseguido enemigos de esa calaña por expresar mis ideas con libertad, todo lo cual me enorgullece. Gracias.
#danielzetinaescritor #unescritorenproblemas