En Morelos, hay movimientos políticos que no nacen en los partidos, ni en los congresos, ni en los tribunales. Nacen en el poder de la ciudadanía informada, en la paciencia de las mujeres que empujan la historia cuando las instituciones se empeñan en detenerla. Eso ocurrió este fin de semana, cuando las ciudadanas que impulsaron la cadena impugnativa para defender la paridad en las presidencias municipales presentaron su informe final.
No fue un acto protocolario, fue el cierre de una lucha que comenzó en cuando en el 2023, Meggie Salgado, ahora diputada federal, y Perla Pedroza, abogada electoral, solicitaron acciones afirmativas en favor de las morelenses y que hoy deja una marca irreversible en el mapa político del estado: 11 municipios serán encabezados por mujeres sí o sí en 2027.
Las protagonistas de esta historia lo dijeron sin rodeos: el avance no fue concesión de nadie. Ni del Congreso, ni del IMPEPAC, ni de los tribunales. Mucho menos de los partidos. Fue producto del ejercicio directo de sus derechos, del litigio de las abogadas Daniela Albarrán y Perla Pedroza, de la organización comunitaria y, sobre todo, de su negativa absoluta a retroceder.
Morelos es —otra vez—, escenario de una disputa donde la ciudadanía termina haciendo el trabajo que las instituciones evadieron.
Una imagen definió el tono del encuentro: una urna gigante, instalada al centro, donde mujeres de distintos municipios depositaron su voto simbólico por mujeres. No era una escenografía. Era un mensaje. En un estado donde las decisiones suelen cocinarse en oficinas cerradas, ellas llevaron la política al espacio comunitario. La dinámica fue sencilla y contundente: cada voto caía como acto de resistencia frente a estructuras que históricamente han limitado la participación de las mujeres en el poder.
El camino que las llevó a ese momento no fue corto. En 2023 solicitaron al IMPEPAC acciones afirmativas para garantizar el acceso real a las presidencias municipales. La respuesta fue negativa. La institución electoral local no quiso asumir el costo político de empujar la paridad sustantiva. Ante eso, las ciudadanas optaron por el litigio y promovieron el juicio TEEM/JDC/15/2024. Esa impugnación abrió una cadena que escaló hasta el debate nacional.
En cada etapa se toparon con la misma muralla: autoridades jurisdiccionales en el 2024 prefirieron el cálculo político y que el acceso real a la paridad se diera para el 2027, ordenado así al Congreso y al Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, que al finalizar el proceso 2024, realizaran acciones para garantizar el acceso al 50% de las presidencias municipales de manera exclusiva para las mujeres priorizando los 13 municipios donde nunca ha gobernado una mujer.
El Impepac en el mes mayo hizo lo propio y aprobó el acuerdo IMPEPAC/CEE/142/2025 reservando 21 municipios exclusivos para mujeres, sin embargo, el Congreso del Estado de Morelos decidió ignorar la expertis de la autoridad electoral de Morelos y 26 de junio aprobaron una reforma al Código Electoral, en donde solo se reservó el 33% de las presidencias para las mujeres, lo que es una violación flagrante al principio de la paridad constitucional.
Ante esta reforma, las ciudadanas promoventes solicitaron al Tribunal Electoral de Morelos, que exigiera el cumplimiento de la sentencia, sin embargo el Tribunal dio por cumplida la sentencia por parte del Congreso y el Impepac, se presentó una impugnación a la determinación del TEEM ante la Sala Regional Ciudad de México y esta confirmo el acuerdo del TEEM, por lo que se presentó un recurso de reconsideración ante la Sala Superior del Tribunal Electoral y esta terminó por desechar el último recurso.
Lo que en términos simples significa que la máxima autoridad electoral del país avaló la corrupción que operó el Congreso del Estado, el Tribunal Electoral de Morelos y la Sala Regional Ciudad de México, sumándose a la violencia institucional y de género ejercida contra las mujeres del estado. Un cierre jurídico que dejó claro que, en esta ocasión, la justicia no vino desde arriba.
Aun así, el resultado no fue derrota. Las mujeres lo dejaron claro: impusieron 11 municipios exclusivos para mujeres. No es una cifra menor. Es un precedente que coloca a Morelos en un parteaguas histórico. Por primera vez, 11 mujeres llegarán a encabezar presidencias municipales en 2027. No porque un partido las eligió. No porque una autoridad lo decidió. Sino porque ellas obligaron al sistema a abrirse.
“En Morelos, el poder está en las mujeres que se atreven a ejercerlo”, dijeron durante el pronunciamiento. Una frase que sintetiza el espíritu del movimiento, pero también la realidad política del estado. Mientras las instituciones se debilitan entre crisis, renuncias, irregularidades y disputas internas, las mujeres están construyendo rutas alternativas de acceso al poder.
Lo hacen en un contexto crítico. Morelos ocupa el primer lugar nacional en violencia feminicida, con una tasa de 3.01. Un dato que, en cualquier otro estado, encendería alarmas institucionales. Aquí apenas provoca discursos. Por eso ellas insistieron en que las presidencias municipales deben ser encabezadas por mujeres con visión comunitaria, compromiso social y la capacidad de articular políticas que protejan la vida de mujeres y niñas. No es retórica: es una urgencia.
El llamado fue directo. Invitaron a todas las mujeres del estado a registrarse como aspirantes a presidencias municipales, tanto en los municipios exclusivos como en los demás. El mensaje es claro: gobernar ya no es un asunto reservado para quienes han monopolizado el poder durante décadas. “Es momento de que cada mujer que conoce la realidad de su pueblo asuma su liderazgo”, señalaron.
El cierre marcó la ruta hacia las elecciones de 2027. No hubo ambigüedad ni titubeos:
“Este no es un acto simbólico. Es una decisión política. Y desde hoy y hasta el 6 de junio de 2027, todas y todos votando por mujeres”.
Las últimas escenas quedaron para la urna gigante. Una a una, las participantes depositaron su voto simbólico. No era un simulacro electoral. Era un recordatorio de que el poder ciudadano sigue siendo la herramienta más efectiva para transformar el rumbo del estado.
Y mientras la política tradicional se reorganiza, negocia y calcula, ellas ya fijaron un nuevo punto de partida para Morelos. Uno donde el voto, la ley y la decisión colectiva se alinean en un solo mensaje: #YoVotoPorMujeres.
HASTA EL LUNES.
