Este jueves se entregará la Presea Xochiquetzalli 2025, un galardón que desde 2004 reconoce a mujeres que trabajan por los derechos políticos y la equidad de género. Hasta ahora, siempre se entregaba una sola presea. Este año, sin embargo, el Congreso del Estado de Morelos decidió otorgar dos, y eso desató polémica entre colectivos feministas y organizaciones civiles.
Una de las preseas se entregará a Ariadna Urbina Ayala, activista y defensora de los derechos electorales y de las mujeres, fundadora del Observatorio de Paridad y Violencia Política de Género en Morelos. Su trayectoria es sólida, legítima y coherente con los principios del premio. Esta presea representa, según feministas de renombre y con larga trayectoria, lo que debería ser la esencia del reconocimiento: un homenaje auténtico y legítimo a la lucha real y constante de las mujeres por sus derechos electorales y políticos.
La otra presea, en cambio, será otorgada a Andrea Acevedo García, vocera de Divulgadoras, quien ha impulsado derechos reproductivos y la despenalización del aborto. Lo que debería ser un reconocimiento autónomo se convirtió en un asunto de recomendación directa desde los más altos niveles del poder, y no precisamente del Legislativo.
Incluso legisladoras y legisladores de la Comisión de Igualdad de Género relatan que la recomendación los tomó por sorpresa y generó descontento. Esta presea es la “oficial”, un reconocimiento otorgado no por méritos sociales, sino por aplaudir y respaldar los programas y decisiones del gobierno, incluso cuando estos contradicen la defensa de derechos que la premiada ha hecho en el pasado.
La historia detrás de esta presea refleja los intereses políticos que se mueven bajo la alfombra. La diputada Jazmín Solano, apoyada por Javier López—asesor con larga trayectoria y vínculos con el PAN y el PT—se encargó de que Acevedo recibiera el reconocimiento. Según observadores, el objetivo es claro: complacer a funcionarias y funcionarios para futuros favores.
Las críticas no se hicieron esperar. Este martes, al publicarse de manera oficial en las redes sociales del Congreso del Estado quiénes serían las galardonadas, surgieron comentarios y cuestionamientos por parte de colectivos feministas y ciudadanía.
Señalan la incoherencia de Acevedo: desde hace años, ha respaldado decisiones que favorecen al gobierno, como modificar rutas de marchas feministas para proteger inmuebles del Tribunal Superior de Justicia, un acto que ha beneficiado intereses personales de algunas integrantes de las colectivas, cuyos esposos, parejas o familiares son jueces o tienen diversos cargos dentro del tribunal. Además, aplaude programas de la Secretaría de la Mujer y de la Fiscalía, incluso cuando contravienen lo que ella misma defendió en entrevistas o luchas pasadas. Y se plantea la paradoja: ser premiada por un Congreso que se niega a despenalizar el aborto, un tema que ella ha defendido durante años.
Todos esos señalamientos se han escuchado desde hace tiempo, pero hoy, con este reconocimiento, se han agudizado, consolidando la sospecha de que Andrea vendió la lucha.
El debate no es menor. La Presea Xochiquetzalli, que debería ser un símbolo de autonomía y reconocimiento genuino, se diluye ante la intervención política. Este año queda claro: hay una presea legítima, respaldada por la sociedad civil, y una presea oficial, un premio por aplaudir lo que este gobierno hace o deja de hacer.
Esta edición de 2025 deja una evidencia clara: la sociedad civil y las feministas tienen que mantener la vigilancia. Cuando un reconocimiento se convierte en moneda de cambio, se pone en riesgo la credibilidad de años de lucha. La pregunta es inevitable: ¿La presea Xochiquetzalli reconoce a las mujeres que luchan o premia a quienes se acomodan al poder?
Aunque durante la entrega de estas preseas las mujeres y los colectivos seguramente intenten enviar un mensaje de unidad y respaldo, la realidad es que la división ya comenzó. Y esa división, advierten algunas voces feministas, se adjudica al “pacto patriarcal” que —aseguran— sigue operando en el poder.
Y bueno, la entrega del premio Xochiquetzalli nunca dejará a todas contentas, como ha ocurrido cada año con la designación de las siguientes mujeres:
Rosario Valdez-Santiago (2003); Andrea García de la Rosa (2006); Nadxieelii Carranco Lechuga (2010); Adriana Añorve Cubells (2011); Micaela Bocanegra Rodríguez (2012); Alma Delia Correa Vargas (2013); Elena de Hoyos Pérez (2014); Georgina Flores Vallejo (2015); María Trinidad Gutiérrez Ramírez (2016); Rosa Susana Campos Romero (2017); Guadalupe Isela Chávez Cardoso (2018); María Paola Cruz Torres (2019); Carina Chumacero Guevara (2021); Rosalba Flores Romero (2022); Patricia Eugenia Lavín Calderón (2023) e Ixlol Cielo Preciado Bahena (2024).
VISITA SORPRESA A LOS TRIBUNALES FEDERALES. -El pasado martes todos los jueces de Distrito y Magistrados Federales llegaron muy arregladit@s y nervios@s a sus centros de trabajo. No era para menos:
El Maestro José Alberto Gallegos Ramírez, integrante del Pleno del nuevo Órgano de Administración de Justicia del Poder Judicial Federal y presidente de la Comisión de Disciplina y Substanciación de Responsabilidades del Personal Administrativo (o sea, el que va a sancionar a los servidores públicos), realizó una visita de trabajo a juzgados y tribunales del Décimo Octavo Circuito Judicial, con sede en Morelos, donde sostuvo encuentros con personas juzgadoras y personal administrativo.
En las fotos que difundió el OAJ pudimos ver caras conocidas: Roberto Soto Castor, Mireya Díaz Arteaga, Xitlali Gómez Terán, Maricela Velázquez y Nanccy Aguilar Tovar, quienes desempeñaron cargos públicos en la administración estatal y que hoy ya cobran como servidores públicos federales tras haber ganado el proceso electoral de junio pasado.
Por suerte, ninguno de ellos ha sido exhibido en redes sociales como sí ha ocurrido con muchos de otras entidades que han sido ridiculizados por su ignorancia. Pero seguramente están permanentemente “bajo la lupa” de quienes pretenden demostrar que haber optado por la designación de jueces, magistrados y ministros mediante voto popular fue un craso error.
HASTA MAÑANA.