Desde la primera sesión de Cabildo, las regidoras y los regidores, la síndica y el presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, acordaron que toda la estructura municipal estaría en monitoreo permanente y a los seis meses harían una evaluación. Muchos pensaron que sólo se trataba de un discurso, sin embargo, hoy se darán cuenta que el alcalde hablaba en serio, cuando se anuncie la primera ronda de destituciones en el Ayuntamiento capitalino.
Ayer, en entrevista para un reducido grupo de reporteros, luego de insistir en que todo el Ayuntamiento está sujeto a una revisión permanente, y que los resultados deben ser palpables, el edil dijo una frase coloquial que refleja lo que ocurrió en estos últimos seis meses: “Hay personas que se echaron a la hamaca y hay que despertarlos”.
Nosotros creemos que se confiaron. Después del triunfo electoral que le dio a Urióstegui Salgado otros tres años al frente del gobierno municipal, estas personas creyeron que los cargos son “conquistas de campaña” y que estarían tres años disfrutándolas sin importar los resultados.
Hoy se darán cuenta que la mística de su jefe es poner toda su capacidad al servicio de la gente pero no sólo unos días ni unas horas, sino siempre. Así lo ha demostrado JLUS con el ejemplo: levantándose muy temprano y acostándose muy tarde para atender las necesidades de la ciudad.
Recientemente circuló en internet un video en el que se muestra al alcalde jalando las ramas de un árbol que estaban obstaculizando el paso en medio de la lluvia. Nos consta que no fue actuado ni tampoco una treta para hacerse publicidad. No es pose, así es él.
Al alcalde de Cuernavaca te lo puedes encontrar en el súper, en la panadería o en cualquier restaurante, sin la gran cantidad de guaruras que traían sus antecesores.
Es por eso que lo menos que pueden hacer sus subordinados es seguir su ejemplo, y trabajar -ya no las 12 horas o más que lo hace el presidente municipal- sino un poco más de las ocho horas.
Hoy se van a dar a conocer cambios en la estructura del Ayuntamiento, y quizás no sea tanto que “se durmieron en las hamacas” como dice Urióstegui, sino simplemente que aceptaron un cargo para el que no estaban preparados o no pudieron avanzar al ritmo de trabajo que les impone el alcalde.
Es el caso de la consejera jurídica (la de mayor rango de la lista de renunciados), Silvia Bello Rendón, quien tuvo una actuación tan discreta que ayer que preguntamos nadie se acordaba de su nombre. A la fecha nos seguimos preguntando ¿quién la recomendó? ¿de dónde viene? ¿por qué aceptó el cargo?
Esperemos que la o el profesionista que llegue a suplirla, sí tenga por lo menos la misma capacidad que la anterior, la magistrada en retiro Nadia Lara Chávez, cuyo único defecto era su hermano que andaba ofreciendo gestorías por todos lados.
Quien acepte el cargo debe estar consciente de que es bastante la carga de trabajo, y que tendrá como jefe a alguien que toda su vida se la ha pasado en tribunales, ya sea como litigante, como procurador de justicia, o como consejero jurídico del gobierno estatal. No la tiene fácil.
Otro de los que se van es Eduardo Martínez, director de Fomento Empresarial dependiente de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo que encabeza Marcos Manuel Suárez Gerard. Este muchacho se la pasó recibiendo reconocimientos de liderazgo y manejando sus redes sociales, pero nunca dio un resultado palpable de su trabajo relacionado con el fomento empresarial. Va para afuera.
El director de fomento agropecuario, Norberto Hernández López, también es uno a los que les van a dar las gracias este día, precisamente por falta de resultados. Y muchos más que se han dedicado a simular que trabajan pero sólo llegan, checan y se salen dizque “a supervisar”, regresan unos minutos antes de la hora de salida, firman o checan, y se van a su casa.
Esperemos que el despido (si no masivo, sí abundante) sirva de acicate, no sólo para aquellos que “echan la hueva” sino también para aquellos que utilizan su cargo para actos de corrupción.
También en la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) hay cambios. Se van Christian Abraham Méndez Quintana quien estuvo a cargo de la Subsecretaría de Policía Preventiva; Nicolás Montes Chaparro en la Dirección General de la Policía Preventiva; Johana Benítez Benítez en la Dirección de Mantenimiento y Control de Armamento; Emmanuelle Pedraza Mondragón en la Dirección de Comando, Control, Comunicación y Cómputo C4, y Ricardo Valdez Bedolla en el Departamento de Recursos Materiales.
Dice su jefe, el capitán retirado Guillermo García Delgado, que se van “porque se terminó su contrato y porque recibieron mejores ofertas de trabajo”. Pues si a resultados nos atenemos, él tendría que ser de los primeros en irse.
Ahora bien, ¿quiénes son los que están haciendo un buen trabajo? Al que podríamos designar como “el empleado del año”, obviamente es al tesorero Javier Arozarena Salazar, quien tiene muy contentos a todos los integrantes del Cabildo pues cada vez que les rinde informes las gráficas son a la alza, menos la deuda que va a la baja, y cuida el dinero de los cuernavacenses como si fuera suyo.
Otro que tiene asegurado su puesto (al menos eso creemos nosotros) es el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Demetrio Chavira de la Torre, quien ha tenido que enfrentar las consecuencias de las fuertes lluvias y lo hemos visto trabajando a todas horas del día. Y pensar que lo estaban desperdiciando en la Secretaría Particular de la Presidencia, hasta que se acordaron que es arquitecto de profesión.
¿Alguien recuerda cómo se llama el director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca? Seguramente no, y eso es porque no sale en las noticias, y no sale en las noticias porque ya no hay bloqueos por falta de agua ni escándalos al interior del SAPAC. Ya decíamos nosotros que lo que el SAPAC necesitaba era un ingeniero como Arnoldo Heredia y no una abogada penalista como Evelia Flores, pero nunca nos hicieron caso.
HASTA MAÑANA.