A veces escribo con sentido crítico o criticón de mi gremio. Hoy haré lo contrario: me enfocaré en lo que yo considero (en mi opinión personal) positivo (bueno, óptimo) de los escritores literarios (o de algunos). Como me gusta hacerlo, generalizaré, pero usted puede hacer sus propias listas de cosas de escritores, o su crítica libre, o discrepar simplemente.
Hablaré de los beneficios que aportamos a la sociedad. En primer lugar, dentro de nuestros clanes familiares, en la mayoría de los casos, podemos jugar el rol de la oveja negra, filtrando así las frustraciones y neurosis de nuestros parientes, quienes proyectarán en nosotros algo que es necesario sanar.
En una familia nuclear con padre o madre escritora hay mucho tiempo para la atención a los detalles del hogar, la pareja y la crianza, ya que disponemos de tiempo y defendemos nuestros espacios y momentos de esparcimiento, amor, juego y lectura.
Como maestros, los escritores aportamos una creatividad diferente a las dinámicas escolares, no mejor que los docentes de formación, sino nueva, desde el arte, la libertad y el pensamiento crítico; por ejemplo, trabajamos más fácil por proyectos y nos relacionamos bien con otras áreas en el trabajo transdisciplinario.
Como ciudadanos, siguiendo las líneas de nuestros principios podemos ser ejemplo de congruencia y solidez (aunque por nuestros excesos y vicios también podemos servir como ejemplo de personas desagradables para quienes crían a sus hijos).
Respecto de los escritores como pareja no diré una sola palabra.
Ya en la faceta de creadores de arte, los escritores aportamos bastante:
- Ponemos el dedo en la llaga, o bien, denunciamos la realidad crudamente, con nuestro sentido crítico y a veces con propuestas de solución.
- Ayudamos al entretenimiento con obras que liberan a las personas de sus cargas diarias, al hacerlas imaginar y soñar con un mundo mejor.
- Conmovemos a los lectores con nuestras historias y versos, permitiéndoles hacer su propia catarsis, mediante la risa o el llanto, con lo que el estrés individual y social puede disminuir (nomás por eso deberían pagarnos regalías…).
- Con nuestros ensayos, columnas o textos de no ficción aportamos ideas nuevas, propuestas frescas para la vida cotidiana, cosas que a otras personas no se les habrían ocurrido tan fácilmente.
- Con la ciencia ficción ayudamos a los científicos a pensar, más allá de la realidad, en las posibilidades de la ciencia y la tecnología en beneficio de todos.
- Con nuestras presentaciones en público inspiramos a los otros a escribir, a leer, a pensar, a disfrutar de la vida, a reflexionar, a regalar libros y a amar.
- Como vendedores de libros (directa o indirectamente) impulsamos el comercio justo, la economía circular, el sano negocio de la edición.
- Con la poesía, específicamente, logramos llevar a los humanos hacia dentro, hacia lo que hay de espiritual en su ser, a los momentos difíciles de sus vidas y a las posibilidades del amor después del dolor.
- Con nuestros libros de texto fomentamos las buenas prácticas lectoras y los materiales didácticos adecuados a nuestra época y a la realidad de los estudiantes.
- Como talleristas promovemos la escritura de muchos nuevos textos, ya sea de literatura, de no ficción, de historia, de biografía, de pensamientos o de lo que los nuevos autores deseen escribir.
- También hacemos historia, dejando por escrito testimonios de nuestra época (y de otras) para las futuras generaciones.
- Somos igual agentes que debaten sobre el lenguaje, por ser nuestra especialidad; aportamos algo a los diálogos en torno a palabras específicas, neologismos, lenguaje inclusivo o rescates lingüísticos, etcétera.
- Hacemos homenaje de personas y de personajes con los que nos tocó vivir, pues más allá del chisme (que nos encanta) hablamos de aquellos a quienes admiramos, o de quienes conocimos (poco o mucho) y que consideramos relevantes.
- Hacemos arte e invitamos a otros a consumirlo, participando muchas veces como público en conciertos, obras de teatro, ballet, performance, cine y otras expresiones artísticas.
- Como actores culturales, podemos actuar en diversos momentos de forma espontánea si con ello podemos servir, como contando un cuento a un niño triste, llevando libros a hospitales, debatiendo sobre políticas públicas u orando.
Gracias.
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