Uno de los activos más valiosos que tenemos es el tiempo. Cada día se nos presenta una nueva oportunidad para construir una vida plena, mediante acciones que impacten en los distintos ámbitos de nuestra vida: laboral, familiar, salud, esparcimiento, descanso, etc.
La administración del tiempo comienza por la planeación. Por eso, es preciso definir cuáles son nuestros objetivos de vida: estudiar una carrera, crear un negocio, integrar una familia, tener una casa, hacer algún viaje, todos son objetivos de largo plazo, los cuales pueden guiar nuestros esfuerzos diarios.
Hay que empezar bien cada día. Al despertar, hacer una pequeña oración o agradecimiento, de acuerdo a nuestras creencias, por las bendiciones recibidas: familia, trabajo, salud, etc. Después, asear nuestra área de descanso para posteriormente activarnos físicamente. Podemos hacer flexiones, caminata, trote, lo que podamos. Lo importante es mover el cuerpo. La activación física es muy necesaria ante el sedentarismo de la vida moderna.
Siempre es mejor cultivar la puntualidad, pues nos permite empezar sin estrés la jornada, y es una muestra de respeto hacia los demás en reuniones y compromisos. Tengamos en cuenta que las primeras horas del día son las más provechosas para hacer las tareas de mayor concentración. Es cuando estamos más despiertos y dispuestos mentalmente.
Aconsejo que siempre apliquemos el principio de Pareto en la planeación laboral o escolar. Definir ese 20% de actividades que impacta en el 80% de nuestros resultados, y hacer primero esas tareas. Evitemos comenzar la jornada dedicando un tiempo excesivo a atender correos, mensajes o noticias, lo cual puede hacerse posteriormente, cuando lo importante ya fue atendido.
Hay que aprender a dar tiempo de calidad a nuestras familias, pareja, amigos, evitando el teléfono o la televisión cuando convivimos con ellos. En la comida o cena, platicar con nuestros hijos o padres sobre cómo les fue en el día, compartir vivencias o problemas. Hacerles ver que cuentan con nosotros.
Es muy conveniente hacer un breve balance al final del día. Valorar los avances obtenidos en todos los aspectos y renovar nuestro compromiso al día siguiente. El descanso es vital, así que programemos y respetemos nuestro reposo. Si administramos adecuadamente nuestro tiempo, construiremos —sin duda— una vida más plena.

 
 
 
		
		
		
		
