La suave brisa en el rostro y la mirada sobre el camino, junto con un fiel compañero de viaje, de historias y aventuras, de tamaño pequeño pero motor noble: el icónico automóvil Volkswagen Sedán se ha convertido en todo un símbolo que alude a la nostalgia. Los largos viajes en carretera se convertían en una odisea divertida al jugar al “vocho amarillo”; las risas y sana competencia enmarcaban cada instante. Su diseño único y encanto peculiar lo han convertido en el favorito de muchos.
Fue un 22 de junio de 1934 cuando se firmó un contrato con Ferdinand Porsche y la Asociación de la Industria Alemana del Automóvil, dando inicio al desarrollo del “Volkswagen Beetle”. Algunas décadas después, un grupo de coleccionistas tuvieron la idea de reunirse y organizar una exhibición especial en honor al automóvil, y con el pasar del tiempo el festejo comenzó a tomar cada vez más fuerza, hasta convertirse en un día único para homenajear su legado alrededor del mundo.
Nuestro país tiene una historia entrelazada con este famoso escarabajo. En ningún otro lugar del mundo se produjeron tantos. Esta historia encontró sus cimientos el 15 de enero de 1964. Un año después de la constitución de Volkswagen en México como empresa, iniciaron las obras para la construcción de una de las plantas más importantes, el lugar de nacimiento de verdaderos clásicos: la planta armadora en Puebla.
Si bien este auto pisó por primera vez nuestro país como modelo de importación, no fue hasta octubre de 1967 que salió el primer vocho mexicano, adueñándose del corazón de millones de mexicanos. Su fácil reparación, accesibilidad y capacidad para transitar cualquier terreno lo llevaron a la cima. Su producción en tierras mexicanas perduró hasta el 31 de julio del año 2003; con ello, la fábrica de Puebla se convirtió en la que por más tiempo lo produjo en el mundo, con la cantidad de un millón 691 mil 542 escarabajos, que fueron el motor y corazón de millones de familias, ganándose el apodo del “auto del pueblo”.
Es ahora cuando la pregunta del millón se hace presente: ¿Por qué le llamamos Vocho? Este cariñoso sobrenombre y su origen tienen dos teorías. La primera es que nace de la costumbre de contraer nombres, haciéndolo con el nombre de Volkswagen. Otra teoría se remonta a las guerras mundiales en Europa, cuando los franceses llamaban “boches” a los alemanes. Con la llegada de este auto en México y con el ingenio característico mexicano, decidieron nombrarlo así, ignorando el significado de la palabra original. La variación “bocho” es también ampliamente aceptada y su uso depende la región y el uso coloquial donde se emplee.
Prepara motores y arráncate a celebrar este domingo, ya que en toda la república este día es fiesta y conmemora el legado de un gran clásico que se ha convertido en legendario, no solo en México; también en todo el mundo ha sido un referente de la cultura popular, incluso, en Hollywood, gracias al famoso escarabajo con número 53 nombrado Herbie.
En todo el mundo, el festejo une a millones de aficionados, coleccionistas y apasionados. Nuestra nación no se queda atrás, ya que la empresa Volkswagen se une con el Vocho Fest; en conjunto con las concesionarias en los distintos estados de la república se realizan emocionantes actividades, que van desde exposiciones hasta grandes desfiles.
Cuernavaca también es parte de esta celebración, ya que Cuernavochos Club preparó una exhibición de vochos, combis y autos antiguos en Go Grand Outlet Cuernavaca, como sede de tal magnifico evento.
Este día no es un simple evento para mostrar la belleza de un auto icónico, va más allá. Es un día para admirar la creatividad y dedicación de los restauradores y sus personalizaciones, es para unirse, compartir historias y anécdotas únicas, de crear nuevos recuerdos que formarán parte de cada una de las personas, de esos recuerdos que el corazón siempre atesora, en compañía de un clásico que nunca pasa de moda.