En principio, fue una audiencia en privado, hasta entrada la tarde de ayer no se conocían muchos detalles del resultado de la misma, lo único en lo que se polemizaba era en que se trató de un reencuentro de cuates, porque algunos de los que intervinieron laboraron bajo sus órdenes.
Bueno, incluso, se enviaron a medios informativos testimonios de algunos familiares de víctimas ofreciendo un reconocimiento al trabajo del actual fiscal Javier Pérez Durón, lo que puede ser real, sin embargo, la experiencia nos lleva a desconfiar de la espontaneidad de dichas expresiones.
Lo anterior lleva necesariamente a dudar de las decisiones y acciones que a partir de lo anterior se tomen, porque se debe recordar que el caso Tetelcingo es un expediente del que tendrá que dar cuentas la Fiscalía, y el hecho de que sea esa misma dependencia la encargada de desarrollar las investigaciones respecto a presuntos delitos, a fin de “aplicar la ley”, como que no genera mucha confianza.
En concreto, como que se cae en el escenario de “juez y parte”. Es decir, la Fiscalía General del Estado es la presunta responsable de delitos de lesa humanidad y ella misma será la que contribuya a fin de declararse culpable o inocente, lo que resulta incongruente.
Lo menos que se espera es que a partir de esa comparecencia se comiencen a tomar decisiones contra aquellos que incumplieron procedimientos en la inhumación de restos humanos, y un personaje central en esto es Dorantes Salgado. Pero insistimos, si los que andan investigando los delitos son los que delinquieron, pues ya nos podemos anticipar a los resultados.