Herencias del sexenio anterior y un complejo escenario actual marcan el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El lastre del “obradorismo” ensucia el proyecto de la mandataria nacional, en un modelo continuista en su esencia, y que busca desmarcarse de un pasado en la historia nacional que repudia y que encuentra desde los seis años anteriores a su gobierno una reivindicación.
El escándalo del exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, amenaza con anclarse en la impunidad… y la deuda pública nacional tiene niveles desquiciantes. Son dos escollos con los que lidia el proyecto de Sheinbaum Pardo.
Democracia en caída, crimen organizado, desaparecidos, tráfico de hidrocarburos, desabasto de medicamentos… son temas también de un presente nacional y que ocupan un lugar en la agenda pública.