“Cuando digo controlar las emociones, quiero decir
las emociones realmente estresantes e incapacitantes.
Sentir emociones es lo que hace a nuestra vida rica".
Daniel Goleman
El tema de las emociones es fundamental para desarrollar una adecuada inteligencia emocional. Pero, antes de comenzar, me permitiré presentar algunas consideraciones pertinentes.
Siempre he dicho que todos nosotros, hombres y mujeres procedemos de la cultura de la “bronca”, también conocida como “cultura de la violencia”.
Desde pequeños vemos que, viviendo en una sociedad patriarcal, por regla general, en una relación cualquiera era, yo digo que todavía hay reminiscencias, es el hombre el que manda y la mujer la que obedece. Obviamente, nuestra sociedad está avanzando, pero todavía tenemos rezagos. Y esto se nota, muchísimo más, en las sociedades rurales, en las que todavía prevalecen sus “usos y costumbres”. Y viviendo en un ambiente machista, es lógico que los roles de hombres y mujeres se vayan encarnando de tal forma que los hacemos una forma de vivir y de entender el mundo.
Y no importa cuál sea nuestra procedencia, y aquí hablo de todos los niveles socioeconómicos. Todos traemos reminiscencias de nuestros ancestros, de esa manera, nos acostumbramos a una forma de sentir y vivir. Aprendemos una cosmovisión determinada.
David Caruso decía que es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia (académica), no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas. Esto significa que una persona puede tener todos los grados académicos que quiera, pero eso no significa que va a poder sobresalir en la vida. Tal vez sí en materia económica, pero tal vez no en sus relaciones afectivas. John Gottman aseguraba que, en la última década, la ciencia ha descubierto el rol que las emociones juegan en nuestras vidas. Los investigadores han encontrado que incluso más que el cociente intelectual, la conciencia emocional y habilidades para controlar sentimientos, determinarán nuestro éxito y felicidad en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las relaciones familiares.
Piénsalo. La inteligencia emocional es fundamental para llevar una vida mejor. La Inteligencia Emocional mejora nuestra calidad de vida y nuestro rendimiento gracias a que nos permite conocernos mejor. El autoconocimiento es clave para nuestra autoestima y nuestra autoconfianza.
Nos ayuda a tomar mejores decisiones. Nos permite pensar mejor y controlar las emociones para no dejarse llevar por los impulsos.
Rendimos más en el trabajo. Es clave para mejorar la productividad de los empleados, su salud laboral y mejorar las relaciones con los clientes. Reduce el estrés y nos protege contra él. La buena gestión emocional y la forma de interpretar los eventos es benéfico para reducir el estrés. Favorece las relaciones interpersonales. El entendimiento de nuestras emociones y las de los demás y la regulación de nuestro comportamiento es clave a la hora de relacionarnos con otros individuos. Permite crecer. La Inteligencia Emocional es una herramienta que emplean los profesionales del desarrollo personal. Favorece el bienestar psicológico. El conocimiento sobre nuestras emociones y las de los demás ayuda a conocer mejor qué nos ocurre y cómo nos relacionamos con otras personas. En consecuencia, mejora nuestra salud emocional. Finalmente, la inteligencia emocional aumenta la motivación y ayuda a alcanzar las metas. El autoconocimiento nos ayuda a superar los momentos difíciles y nos permite saber qué es lo que nos gusta en realidad.
Lo importante es entender que las emociones son muy importantes en la vida. Pero el hecho de responder reactivamente ante una situación adversa no significa que la respuesta sea buena. Tenemos que reaccionar de una manera empática y asertiva. Recuerda que la asertividad es la habilidad que permite expresar de manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, las emociones frente a otra persona; y la resiliencia. Esto aplica, sobre todo, a las personas que conocemos como de “mecha corta”, es decir, aquellas personas que se “prenden” inmediatamente al sentirse agredidos.
La Inteligencia Emocional mejora nuestra calidad de vida y nuestro rendimiento gracias a que nos permite conocernos mejor. El autoconocimiento es clave para nuestra autoestima y nuestra autoconfianza; nos ayuda a tomar mejores decisiones. Nos permite pensar mejor y controlar las emociones para no dejarse llevar por los impulsos; rendimos más en el trabajo; es clave para mejorar la productividad de los empleados, su salud laboral y mejorar las relaciones con los clientes; reduce el estrés y nos protege contra él. La buena gestión emocional y la forma de interpretar los eventos es beneficioso para reducir el estrés; favorece las relaciones interpersonales. El entendimiento de nuestras emociones y las de los demás y la regulación de nuestro comportamiento es clave a la hora de relacionarnos con otros individuos, permite crecer; la Inteligencia Emocional es una herramienta que emplean los profesionales del desarrollo personal; favorece el bienestar psicológico. El conocimiento sobre las emociones nuestras y de los demás ayuda a conocer mejor qué nos ocurre y cómo nos relacionamos con otras personas. En consecuencia, mejora nuestra salud emocional; aumenta la motivación y ayuda a alcanzar las metas. El autoconocimiento nos ayuda a superar los momentos difíciles y nos permite saber qué es lo que nos gusta en realidad.
Me atrevo a decir que la gestión de nuestras emociones son el primer paso para desarrollar una cultura de paz. A partir de ahí, el manejo de las formas en que gestionamos el conflicto nos permitirá tener mejores relaciones afectivas.