Según el INEGI, más de siete millones de artesanos reciben, en promedio, menos de un salario mínimo por su trabajo [1]. Son una de las mayores fuerzas laborales, pero posiblemente la más olvidada, ya que los organismos públicos y privados interesados en este tema apoyan a menos de la décima parte de este sector. No obstante, ellos reproducen gran parte de los símbolos y diseños que forman parte de nuestra identidad nacional. Por lo tanto, vale la pena analizar los posibles caminos de superación económica que tiene esa población.
La mayor parte de los artesanos viven en la pobreza y son discriminados por su origen nativo y por sus costumbres tradicionales. Sin embargo, las señoras elegantes y los políticos famosos lucen ropa con bordados tradicionales, además de que grandes empresas roban sus diseños, y en la práctica nada de esto favorece a los artesanos y el trabajo que ellos realizan.
Conviene recordar el trabajo pionero de Franz van der Hoff, misionero católico holandés, quien promovió un acuerdo entre los productores de café de la UCIRI (Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo) [2] y la organización holandesa de consumo Max Havelaar. Franz sostuvo la tesis de que no era necesario el subsidio o la asistencia social para apoyar la economía campesina, más bien, se requería que ellos obtuvieran el Precio Justo por su trabajo, mediante cadenas de valor que minimicen los costos de transacción. En 1988, Nico Roozen, representante de Max Havelaar, y Franz van der Hoff, de la agencia ecuménica Solidaridad, acordaron promover contratos para que el café exportado por la UCIRI fuera pagado a buen precio por empresas holandesas que lo procesarían y distribuirían a precios bajos. De esa forma, los socios de la UCIRI triplicaron sus ingresos por la venta del café y los consumidores holandeses obtuvieron café orgánico certificado con un precio menor que el usual en Europa. Después de la muerte de van der Hoff, en 2024, UCRI ha continuado funcionando e, incluso, ahora vende parte de su café por medio de Amazon [3].
La práctica del Precio Justo supera al trato paternalista de la asistencia social y fortalece la dignidad y el orgullo de los productores. Si los artesanos obtienen precios justos por sus productos, es obvio que mejorarán mucho su situación económica. Por ejemplo: hemos observado que por las esponjas de ixtle tejidas a mano en el Valle del Mezquital, los intermediarios llegan a pagar menos de 20 pesos, y en ocasiones las venden en los baños de lujo a más de 200 pesos. En este contexto, los arreglos y acuerdos que permitan a las artesanas ganar al menos el Salario Mínimo Nacional serían muy favorables dentro del marco del Precio Justo. Por su parte, los agentes comerciales que reducen los costos de intermediación no sólo consolidan la producción, también refuerzan su posición en el mercado con precios competitivos.
La comercialización electrónica y la logística con transporte masivo, junto con la modernización de los procesos productivos, reducen los costos de transacción y facilitan el comercio con el susodicho Precio Justo. El trabajo pionero de la cooperativa Corazón Verde [4] es un ejemplo de cómo las artesanas mexicanas aumentan sus ingresos, las compradoras de artesanías obtienen precios más bajos y de cómo la tecnología avanzada puede combinarse ventajosamente con la artesanía tradicional. Amazon, Etsy y Mercado Libre ofrecen sus servicios al sector artesanal, pero los artesanos requieren apoyos para su capacitación, organización y para acceder al mercado electrónico con productos certificados. Infelizmente, no se cuenta con el sistema crediticio de bajo costo para ese fin.
Como ya se indicó, las organizaciones públicas o privadas que apoyan a los artesanos incluyen a menos del 10% de ese gremio. Por lo tanto, para extender el Mercado del Precio Justo a la mayor parte de los artesanos se requiere una estrategia nacional para que este gremio cuente con acceso efectivo al mercado electrónico, y esto debe incluir el financiamiento de bajo costo para la capacitación y adiestramiento de los artesanos y para la operación sostenible de sus microempresas. Esperemos que en un futuro cercano se rectifique el camino, tanto desde el punto de vista social, como el legal, para apoyar el desarrollo de los artesanos en nuestro país y en el Estado de Morelos.
Ligas de interés:
[1]https://www.imarcgroup.com/report/es/mexico-handicrafts-market
[3]https://www.amazon.com.mx/Xadani-Lul%C3%A1-Org%C3%A1nico-UCIRI-Molido/dp/B0879G5FWB
[4]https://corazon-verde.com.mx/