Dra. Vareska Lucero Zárate Córdova
Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero
Cuando hablamos de cultivos básicos en México, generalmente pensamos en el maíz, el frijol o el arroz. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuántos otros cultivos podríamos estar dejando de lado?
México es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, gracias a la variedad de sus regiones —selvas, bosques, montañas y zonas tropicales— y a sus microclimas. Esta riqueza natural ha permitido el desarrollo de numerosos cultivos de los cuales varios han sido parte de la dieta tradicional mexicana. Sin embargo, la industrialización, la globalización y la pérdida de saberes tradicionales han provocado que solo unos pocos alimentos dominen nuestra dieta diaria. Esto no solo empobrece la alimentación, sino que también representa una pérdida cultural y ecológica.
Recientemente, se ha publicado la revisión científica "Exploring Underused Starchy Food Crops to Extend Their Consumption: Mexico as Case of Study", [1] donde se revisan estudios sobre diversos cultivos ricos en almidón que crecen en diversas regiones del país y que, a pesar de sus beneficios, son poco utilizados. La propuesta es clara: ampliar la variedad de alimentos que consumimos, revalorando aquellos cultivos que forman parte de nuestra historia y cultura. Los investigadores de la revisión científica destacan que muchos de estos alimentos poseen propiedades funcionales, es decir, beneficios para la salud que van más allá de su valor nutricional. Contienen fibra dietética y compuestos bioactivos con gran potencial para prevenir enfermedades, además de ofrecer posibilidades de uso tanto en la cocina tradicional como en el desarrollo de nuevos productos alimentarios. Por ejemplo, algunos de estos cultivos pueden emplearse para desarrollar alimentos con propiedades antioxidantes, antidiabéticas o incluso antimicrobianas, lo que los convierte en opciones ideales para una alimentación saludable
El almidón es una fuente de energía esencial para el cuerpo humano y está presente en alimentos como el maíz, la papa, el plátano o el arroz. Pero más allá de estos productos populares, existen otros cultivos menos conocidos que también contienen almidón y que crecen en nuestro territorio. Estos incluyen plantas como el maíz pigmentado, el amaranto, el ayocote, las habas, la yuca, el camote, la jícama, el chayote, entre otros. Aunque en algunas comunidades siguen siendo consumidos en platillos tradicionales, en la mayor parte del país son prácticamente desconocidos.
En el caso de Morelos, especialmente durante los fines de semana, es común encontrar puestos de comida en tianguis y en la vía pública que ofrecen tortillas de maíz azul con barbacoa o carnitas, así como otros antojitos tradicionales como dobladas, tlacoyos, sopes y quesadillas. También entre los platillos típicos destaca el uso de frijoles ayocotes que son preparados de manera tradicional y que acompañan a diversos platillos en fiestas y celebraciones locales. En los municipios de Morelos cercanos al Estado de México y Puebla se cultiva el amaranto, un grano de gran valor nutricional utilizado desde la época prehispánica. Su producción disminuyó significativamente tras la colonización, debido a la introducción de cultivos europeos como el trigo. No obstante, el amaranto es uno de los granos con alto contenido de proteínas y aminoácidos esenciales, lo que lo convierte en un alimento estratégico para combatir la desnutrición en las comunidades rurales. Además, investigaciones recientes han identificado en su composición la presencia de péptidos bioactivos, que son pequeñas proteínas que han mostrado efectos benéficos en la regulación de la presión arterial, reforzando su potencial como alimento funcional.
Reintroducir los cultivos tradicionales ricos en almidón en la dieta mexicana podría traer grandes beneficios como mejorar la salud pública, al diversificar la alimentación, conservar la biodiversidad agrícola, fortalecer la economía local apoyando a pequeños productores y promover la soberanía alimentaria del país. Debido a lo cual, se invita a reflexionar sobre lo que comemos, por qué lo comemos y qué dejamos fuera de nuestro plato. Los cultivos subutilizados no son solo una curiosidad científica: son parte del patrimonio natural y cultural de México. Volver a mirar al campo, a los saberes tradicionales y a los alimentos que alguna vez nutrieron generaciones, puede ser una de las claves para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Referencias:
[1] Agama-Acevedo E, Santana-Galeana RS, Rosell CM, Bello-Pérez LA. Exploring Underused Starchy Food Crops to Extend Their Consumption: Mexico as Case of Study. Plant Foods Hum Nutr. 2025 Apr 26;80(2):113. doi: 10.1007/s11130-025-01347-2. PMID: 40286002.