El desarrollo del cómputo y el internet han cambiado nuestra vida y nuestras dinámicas de trabajo y diversión. Empresas tecnológicas como Amazon, Google o Microsoft son parte importante de estas dinámicas, y para ello requieren de servidores de cómputo distribuidos a lo largo del mundo que están trabajando todos los días del año. Muchos de los servicios que usamos diariamente, como los de “streaming” (Netflix, Spotify, etc.), los sistemas de correo, servicios bancarios y muchas otras aplicaciones que podemos usar desde nuestros teléfonos, están hospedados en centros de datos y están realizando procesamiento de datos de manera constante. Como usuarios, para nosotros es fabuloso poder acceder a todos esos servicios a cualquier hora y en cualquier lugar. Sin embargo, a nivel operativo y de gestión, si no se toman acciones concretas para proveer de suficiente energía a estos centros de datos, podríamos estar llegando a un cuello de botella.
El año pasado la ONU publicó un informe de economía digital [1] donde menciona que el consumo energético de los centros de datos se duplicó entre 2018 y 2022, y ese aumento lo encabezaron las principales empresas tecnológicas. Para ponerlo en contexto, en el 2022 el consumo fue de 460 Teravatios por hora, casi la misma cantidad que consumió Francia en el mismo periodo, y lo más preocupante es que se calcula que ese consumo se duplicará para 2026. El procesamiento de datos no solamente consume una gran cantidad de energía eléctrica, sino también consume una gran cantidad de agua para mantener sus sistemas refrigerados. El informe menciona que el entrenamiento de GPT-3, el modelo lingüístico de ChatGPT, consumió 700,000 litros de agua potable para refrigeración.
Ante este panorama donde hay un uso de recursos intensivo, ¿qué es lo que están proponiendo las tecnologías para sostener el consumo? Varias de estas empresas han empezado a apostarle al desarrollo de reactores nucleares. El año pasado, Amazon se asoció con 3 empresas que desarrollan los llamados pequeños reactores modulares SMR [2], invirtiendo 500 millones de dólares tan solo en una de ellas. Los pequeños reactores modulares son compactos, lo que permite instalarlos en espacios limitados, las piezas se pueden manufacturar en una fábrica y ensamblarse en el sitio, requieren menores costos y tiempos de construcción y pueden crearse diferentes arreglos modulares dependiendo las necesidades de las empresas. Una de las principales ventajas de los SMR es su alta eficiencia energética: pequeñas cantidades de combustible nuclear pueden generar grandes cantidades de electricidad durante largos periodos, lo que la convierte en una opción eficiente y estable frente a otras fuentes renovables intermitentes, como la solar o la eólica. Además, la energía nuclear no emite dióxido de carbono durante su operación, lo cual la vuelve muy atractiva para cumplir con los objetivos mundiales de reducir las emisiones de CO2.
De acuerdo con la agencia internacional de energía atómica, actualmente hay más de 70 SMR comerciales que se están desarrollando en el mundo para diferentes aplicaciones. Uno de los diseños que me llamó la atención fue un SMR que publicó el divulgador en X @OperadorNuclear, y es un modelo ruso que no utiliza agua, sino plomo para refrigerar y es capaz de reciclar los residuos radiactivos. Si usted tiene curiosidad o interés sobre esos temas, esa cuenta es una buena fuente de información. Cabe mencionar que también se está utilizando la inteligencia artificial para optimizar los diseños, para hacerlos más seguros y eficientes.
De acuerdo con la asociación mundial nuclear, actualmente poco más del 10 % de la electricidad mundial proviene de centrales nucleares, con países como Francia, China, Estados Unidos y Rusia liderando su uso. Según las proyecciones, para 2050 China liderará el mercado y la adopción de SRM. La energía nuclear fue muy estigmatizada y con justa razón por los diferentes accidentes que han sucedido alrededor del mundo, sin embargo, debido al aumento de la demanda energética y la dependencia que hemos generado de la tecnología digital, hace necesario que se vislumbren opciones más eficientes, estables y menos contaminantes, es por ello que seguramente a partir de ahora escucharemos un poco más tanto de las inversiones que están haciendo los países de las principales economías, como de los desarrollos tecnológicos.
El desarrollo y la implementación de los SMR no están exentos de retos, ya que se pretende que los SMR impulsen el desarrollo de la inteligencia artificial, y para mantener esta nueva tecnología requerimos muchas materias primas que son escasas y por las cuales los diferentes países están compitiendo y dejando una huella contaminante. También hay retos económicos y sociales porque seguramente habrá mucha resistencia para implementar una tecnología que en el pasado no ha generado tanto miedo.
Finalmente, quiero puntualizar que en México el 2% de la energía eléctrica proviene de las centrales nucleares de Laguna Verde, y a pesar de que ya es tecnología de más de 40 años [3], en el 2020 el Secretario de Energía autorizó una extensión de 30 años más para cada una de las plantas, y aunque en algún momento se planteó la construcción de nuevas plantas, hasta la fecha no se ha concretado ningún proyecto. Creo que es importante que en México empecemos a pensar un poco más en nuestro futuro energético y tecnológico, porque si no somos capaces de proveer de suficiente energía eléctrica, las empresas tecnológicas no podrán venir a nuestro país a invertir y generar empleos. Aunque tengamos mano de obra calificada, si el ecosistema tecnológico y económico no es el propicio, no se podrán instalar en nuestro país, lo que nos dejaría en un rezago del cual sería muy difícil recuperarnos.
[1] https://unctad.org/system/files/official-document/der2024_overview_es.pdf
[3]https://world-nuclear.org/information-library/country-profiles/countries-g-n/mexico