Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que ya se está trabajando con la industria farmacéutica para fortalecer la compra de medicamentos y vacunas, ya sea con la industria farmacéutica internacional o nacional. El anuncio genera una expectativa positiva, ya que este impulso es algo que puede beneficiar mucho a la economía nacional y resolver varios problemas relacionados con el sistema de salud. En este sentido, el secretario de Salud, el Dr. David Kershenobich, concuerda con esta estrategia y el Plan México [1] para fortalecer la industria farmacéutica, que le permitiría solucionar el gran problema que existe con el desabasto de medicamentos y vacunas, generado por los cambios en el proceso de compra e importación que surgieron desde el sexenio pasado.
Este plan es el resultado de la convergencia de varias situaciones. Por ejemplo, la farmacéutica alemana Bayer obtiene en México una tercera parte de sus ingresos en la región de Latino América, colocando a nuestro país como el mercado más grande de la zona con 14 sitios operativos, 4,000 empleos y fábricas repartidos en el Estado de México y Orizaba, Veracruz [2]. En particular, las plantas de producción mexiquenses producen medicamentos para mercados como Estados Unidos, Australia y Medio Oriente, mientras que la planta veracruzana se enfoca en principios activos. Para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, es un buen ejemplo y se alinea muy bien a su discurso sobre fortalecer la industria farmacéutica local. Por otro lado, la investigación clínica en México ha sido un cuello de botella, ya que los estudios clínicos en nuestro país tienen tiempos de registro eternos que nos dejan fuera de competencia comparados con países como Brasil o Argentina. En un mundo donde los ensayos clínicos son clave para desarrollar tratamientos innovadores, México ha tratado de subsanar el problema con decretos y modificaciones a las normatividades, como aquellas realizadas por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para reducir los tiempos de aprobación para ensayos clínicos a menos de dos meses [3]. COFEPRIS juega un papel importante para cambiar el escenario a nuestro favor y convertirnos en una opción competitiva para atraer estudios clínicos. Si tomamos en cuenta que muchos de los desarrollos farmacéuticos están sesgados a poblaciones con fondo genético europeo, el tener acceso a una población grande y diversa con fondos genéticos mestizos se perfila como una gran ventaja para las farmacéuticas e inversiones millonarias en infraestructura, capacitación y empleos para personas altamente capacitadas.
Sin embargo, la invitación a la industria privada extranjera para invertir en nuestro país debe de manejarse con mucho tacto. Las empresas transnacionales tienen una agenda propia que no tiene por qué alinearse a las políticas o deseos de un gobierno, ya que este debe ser un facilitador que ofrece incentivos atractivos para la inversión. Por lo tanto, no debe haber malentendidos donde las empresas se sientan obligadas a tener que invertir en territorio mexicano, ni tampoco ofrecer mayores posibilidades de ganar licitaciones si deciden invertir en nuestro país. Este tipo de declaraciones pueden tener un efecto contrario al deseado, donde simplemente la decisión sea no invertir en México. Por otro lado, la Dra. Sheinbaum ha informado que el nuevo decreto para el impulso del ecosistema Pharma, establecerá que las nuevas inversiones de las farmacéuticas internacionales se hagan a través de los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PODECOBI) y con Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (BIRMEX), para que esta empresa recupere la capacidad de producción. Esto puede ser un desacierto, ya que es conocido que la empresa paraestatal BIRMEX ha presentado una serie de irregularidades y no cumplió con su cometido de solucionar el problema de desabasto de medicamentos con su papel de “megafarmacia” [4].
El impulso a la investigación y producción local puede potenciar la formación y empleo de recursos humanos locales y el emprendimiento nacional, algo que desde hace años ha sido una necesidad desatendida por falta de presupuesto, pero principalmente por falta de voluntad. Para tener una mayor probabilidad de éxito, no solo es necesario de la inversión que provendría del extranjero, sino de una coordinación y articulación con otros actores como la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), el sector educativo y la industria farmacéutica nacional. Mi pregunta sería: “¿Hay tiempo suficiente para lograr todo lo planeado y solucionar el problema de raíz que es el desabasto de medicamentos y vacunas?” Por el bien de la salud de todos, esperemos que así sea.
Ligas de interés
[2] https://es-us.noticias.yahoo.com/m%C3%A9xico-pilar-estrat%C3%A9gico-alemana-bayer-061924759.html