Aunque ya había una fecha para la presentación de la reforma electoral —enero de 2026— ayer, en la Cámara de Diputados pidieron a la Comisión Presidencial creada para este propósito apresurar la presentación y procurar que se presente antes de que concluya este año, es decir, en diciembre.
La petición tiene lógica, pues todo el proceso legislativo llevaría aproximadamente de seis a siete meses, pues en septiembre de 2026 arrancará formalmente el proceso electoral de 2027, que ya deberá desahogarse bajo las nuevas reglas.
Sin duda, el Ejecutivo federal deberá considerar esta opción, pues en las audiencias públicas que se han realizado en los estados se han presentado propuestas que deben revisarse a detalle y deliberarse por el Congreso de la Unión. No dar el tiempo necesario a una reforma de este calado, sería tanto como aceptar que el Legislativo únicamente palomeará el documento y perdería parte de la legitimidad política que hasta el momento tiene por el simple hecho de abrirse a la población en general.