Al asalto a los Poderes Legislativo y Judicial, y a la extinción de órganos autónomos que vigilaban el quehacer gubernamental, se suma la iniciativa presidencial para reformar la ley de amparo. La nación se va quedando atrapada en un Estado autocrático.
La propuesta que está por desahogarse en el Senado deja en indefensión al ciudadano, que queda privado de un recurso de defensa ante los abusos de poder del oficialismo, e inmerso en una burocracia judicial precisamente secuestrada.
Son todavía importantes las voces en el país que avisan sobre el peligro de la reforma planteada por la presidencia de la república. México regresa a ciclos de su historia que contradicen el discurso progresista de la nueva ola.