Acabo de cumplir 46 años y decidí hacer una lista de agradecimiento, como un acto de justicia y de dignidad:
Lista de agradecimiento
—A mi madre por la vida, el dolor, el aprendizaje y la sana distancia.
—A mi padre, que ya se fue, porque se convirtió en mi mejor amigo, con su tesón y alegría de vivir.
—Gracias a Antonia, por ser la mejor hija del mundo, por significar mi paternidad, por todas las lecturas que hemos hecho del mundo, por elegirme y permitirme acompañarla en su crecimiento, por discernir cada momento y hasta por echarme pleito a veces, eres lo máximo.
—A mis hermanas, por ser un lugar seguro y por escucharme cuando lo he necesitado, además por toda la alegría y diversión.
—A mi tribu, mis amigos, por ser luz en mi camino ya durante tantos años y porque me han llenado de apapachos y buenos consejos, sin ustedes la vida habría sido mucho menos de lo que ha sido.
—A mi familia extendida, en mis dos linajes, porque puestos cada quien en su lugar y jerarquía podemos estar en paz, aunque no nos veamos.
—A mis diversos socios en el oficio de hacer libros, porque hemos podido trabajar en equipo y hemos aprendido juntos muchas cosas, y así servido ayudando a muchas personas a lograr sus sueños.
—A los casi mil autores que han confiado en mí para publicar sus textos y libros, he tratado de estar a la altura de sus expectativas.
—A mis colegas escritores, que me han mostrado muchas de las posibilidades en el mundo de las letras, aunque también he aprendido de muchas acciones que es preferible evitar.
—A mis lectores, porque han permitido que mi palabra haga eco en sus mentes y en sus corazones; son en parte mi razón de escribir.
—A los medios de comunicación en extenso por dar rincón a mi literatura y por permitirme llegar a ojos que yo solo no habría alcanzado; además, gracias a todos aquellos que luchan por la libertad de expresión.
—A las ciudades donde he vivido, pues me sostuvieron y me dejaron ser, en especial a mi querida aldea, la gran Ciudad de México.
—A los autores que leo, porque me llevan de su mano a lugares remotos, a conocer de historias que han ocurrido o podrían ocurrir en cualquier momento; porque su imaginación también me nutre, me construye y me resignifica.
—A quienes se han considerado mis enemigos, porque desde su pusilánime postura me han permitido ver aspectos de mi ser que he podido mejorar.
—A mis sanadores (chamanes, sicólogos, terapeutas, médicos, magas, videntes) que durante veinte años me acompañaron en mi proceso de salud en busca de la homeostasis.
—A cada momento de tristeza o periodo de duelo, pues de mis sombras obtuve experiencias significativas y mayor fortaleza.
—A quienes han compartido la vida en pareja conmigo, pues algo bueno me dieron en su tiempo y en general tengo un grato recuerdo de su amor y de su compañía.
—A los científicos y visionarios que hacen avanzar la tecnología para que podamos comprender mejor los misterios del ser humano y de sus alcances como especie, siempre en evolución y movimiento.
—A los bosques y materias primas que permiten hacer el papel para nuestros libros, es un generoso sacrificio en beneficio del desarrollo humano.
—A todos los lectores de esta columna, donde expreso libremente mis más hondos sentimientos y también mucho de lo que leo, edito o comparto; también a La Unión de Morelos, por invitarme a escribir y por mantenerme entre sus columnistas ya por seis años.
—Por último, me agradezco a mí mismo por seguir siempre adelante, a pesar de las dudas y de los nuevos retos, avanzo con fe al inicio de esta nueva etapa de mi vida.
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