El 2 de enero del 2024 la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) cumple 11 años de su creación. La web oficial de la secretaría nos menciona como su misión principal lo siguiente: Impulsar el desarrollo territorial sostenible e incluyente del país mediante el diseño, coordinación e implementación de políticas de ordenamiento territorial, desarrollo agrario y desarrollo urbano y de vivienda adecuada, con un enfoque transversal y articulado con el Plan Nacional de Desarrollo, a fin de contribuir a la mejora del bienestar de la población que habita o transita en el territorio nacional.

A más de una década de su existencia, la Sedatu ha impulsado proyectos de infraestructura social que han transformado por completo a la sociedad mexicana. Es el principal impulsor para reducir la desigualdad que más lastima a la sociedad.

Los orígenes de la secretaría se remontan a los tiempos gobernados por el presidente Lázaro Cárdenas. En sus inicios hacía énfasis en la repartición de tierras entre ejidos y comunidades. El fortalecimiento del sector agrario tras la Revolución hizo necesaria una dependencia del Estado que se ocupara del ordenamiento territorial y el desarrollo en el campo. Posteriormente se creó la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), en 1970. Esta secretaría sería la antecesora de lo que hoy conocemos como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, fundada en el año 2013.

Los inicios fueron bastante complicados por la situación política y social que atravesaba el país y que, acorde a registros la muy joven Sedatu, no tuvo gran impacto en la sociedad, al grado de ser nula entre otras secretarias e institutos. Fue hasta la llegada en el año 2018 del nuevo secretario Román Meyer Falcón que la Sedatu se reconstruyó en su totalidad y de ser una secretaria heredada en pésimo estado, llena de corrupción y de ser una de las tres secretarias más pequeñas del país pasó a consolidarse como la secretaría con más impacto social y presupuesto del gobierno federal.

Su visión estratégica de honradez y honestidad ha logrado no dejar de fuera a los más necesitados. Sus claros objetivos son: Establecer un sistema territorial integrado, ordenado, incluyente, sostenible y seguro centrado en los derechos humanos y colectivos de las personas, pueblos y comunidades; reconocer el papel de los sujetos agrarios, población rural, pueblos indígenas y afromexicanos en el desarrollo territorial; impulsar un hábitat asequible, resiliente y sostenible; garantizar el derecho a una vivienda adecuada para todas las personas. Han cambiado a la sociedad mexicana desde su raíz.