A partir del 9 de marzo esperan una afluencia de más de dos millones de visitantes en la festividad.

La Guardia Nacional y el Ejército Mexicano apoyarán en el resguardo y seguridad durante la celebración de la Feria del Tercer Viernes de Cuaresma, que cada año se realiza en honor al llamado “Cristo aparecido” o “Señor de Tepalcingo”.

El alcalde de Tepalcingo, Jesús Juan Rogel Sotelo, señaló que se instalarán en el centro de la cabecera municipal cerca de tres mil comercios y se espera una afluencia de más de dos millones de visitantes.
Indicó que la edición 2023 de esta feria patronal –que se realizará del 9 al 12 de marzo- pretende retomar su vocación espiritual y esta vez habrá mayor control tanto en seguridad pública como en la venta de bebidas alcohólicas.

Explicó que además de los cien elementos policíacos municipales, a las tareas de control y vigilancia se sumarán agentes de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano.

“Yo creo que uno de los temas más importantes es la seguridad y para eso nos hemos coordinado con la Guardia Nacional, con la CES y con nuestro Ejército, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional, quien (sic) nos está brindando todas las facilidades para tener un feria segura”, detalló.

Señaló que también solicitó el apoyo de sus homólogos de los municipios vecinos, “porque sabemos que es una feria muy grande, más de dos millones de personas nos van a visitar en esta ocasión y por ello la seguridad es una prioridad”.

Recalcó que en esta edición se tratará de retomar el origen religioso de la feria patronal, y que no se confunda la conmemoración espiritual con un carnaval.
“Yo creo que tenemos que dignificar esta feria, que sepa la gente que vamos a recibir con amor, con cariño a los peregrinos y que les queremos brindar esa seguridad. Es una feria de fe, una feria patronal, una feria religiosa y nada que ver con un carnaval”, señaló, al acudir a la firma de un convenio con el Consejo Ciudadano de Seguridad.

Insistió que en el centro de la cabecera municipal no se permitirá la venta de bebidas alcohólicas y que habrá un espacio destinado al consumo, alejado de la zona de celebración religiosa, donde habrá controles de seguridad y horarios restringidos.