Actualmente sus ingresos son de hasta 250 pesos diarios.

En los primeros tres meses de la pandemia por el covid-19, el taxista Salvador Mejía  se vio obligado a entrar en confinamiento porque -dice- gastaba más dinero en combustible dando vueltas en las calles buscando pasaje que lo que podía obtener de ingresos.

Refiere que por la contingencia sanitaria había días en los que esperaba hasta cinco horas para realizar un viaje y aunque trabajaba todo el día, con mucho esfuerzo hacía tres servicios al día, por lo que decidió resguardarse para no exponerse a un contagio y porque sus ingresos eran de máximo 80 pesos.

“Cuando empezó la pandemia decidí no salir de mi casa porque solo gastaba gasolina buscando pasaje y no obtenía ingresos, pero ahorita he visto que ya hay mucha gente en las calles y aunque no todos toman el servicio de taxi, ya nos va mejor económicamente”.

Salvador se dice afortunado de contar con el apoyo económico de su esposa porque gracias a ella pudieron sobrevivir a la contingencia y solventar los gastos en el hogar.

De su trabajo platica que en la actualidad ha observado un incremento en la demanda y ayer hasta el mediodía ya había reunido 250 pesos en cinco viajes.

Sobre la pandemia, señala que siempre tuvo miedo a un contagio, sin embargo, no podía usar cubrebocas porque tiene ansiedad y este le provocaba sensación de problemas para respirar, por lo que está en tratamiento desde hace cuatro meses.

“Por mi enfermedad no podía usar el tapabocas, sé que es un problema mental. Por eso ,cuando un pasajero me pedía usarlo, me lo ponía, como medida de protección durante mi trabajo”.

Aunque durante la contingencia no recibió apoyo económico, asegura, tampoco pensó en solicitar un préstamo, pues no había forma de cómo pagarlo ante la falta de ingresos.