Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, contaba con un grupo de escoltas, los cuales dejó en el Tianguis Limonero antes de su desaparición y asesinato, confirmó el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
Según los primeros resultados de la Fiscalía General del Estado (FGE), Bravo viajó el domingo por la mañana de Morelia a Apatzingán acompañado de escoltas.
Al llegar, ordenó que permanecieran en el Tianguis de Limonero, donde cambió de vehículo y continuó su trayecto sin ellos. Las autoridades investigan las razones de este cambio y han recabado declaraciones de los escoltas.
El gobernador informó que la FGE ya cuenta con la posible ruta que siguió Bravo, así como con el listado de ubicaciones y llamadas de sus teléfonos celulares.
"La Fiscalía ya tiene todos los indicios, tiene toda la trazabilidad, todo el tema del día domingo, de a dónde fue, a dónde se movió, qué llamadas telefónicas entraron a su celular y daremos con los responsables. Hay indicios claros de ubicación de estos aparatos y tenemos confianza plena en que daremos con los responsables y no habrá impunidad", afirmó.
Por su parte, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), informó sobre la captura de Rigoberto “N”, alias “El Pantano”, presunto líder de extorsiones a limoneros vinculadas al cártel de Los Blancos de Troya, aunque no se confirmó su participación en el homicidio de Bravo.
Bernardo Bravo fue plagiado, torturado y asesinado con “tiro de gracia” el domingo pasado. Su cuerpo fue encontrado en el asiento de su camioneta Toyota Tacoma, en una brecha del poblado de El Mirador, en Apatzingán.
El líder citrícola había denunciado previamente el aumento de extorsiones a limoneros por parte de grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Blancos de Troya, Los Viagras, Los Caballeros Templarios y el Cártel de Tepalcatepec.