El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, anunció este martes que sostuvo un encuentro “amable” con su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, en la capital estadounidense, donde lograron acuerdos que, según sus declaraciones, beneficiarán a ambos países.
Aunque Berdegué no detalló el contenido de los acuerdos en su publicación en la red social X, más tarde informó que también se reunió con más de dos docenas de representantes y empresas dedicadas a la distribución de tomates mexicanos en Estados Unidos.
“Resaltaron también que el tomate mexicano no tiene sustituto posible, no sólo por su volumen sino también por su calidad”, señaló Berdegué.
1/2
— Julio Berdegué (@JulioBerdegue) May 6, 2025
El día de hoy me reuní en Washington, D.C. con la señora @SecRollins, secretaria del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Fue una reunión sumamente amable y productiva, donde analizamos todos los aspectos sustantivos de nuestra relación bilateral 🇲🇽🇺🇸 pic.twitter.com/97KFYuG5X9
Estas negociaciones se producen en un momento de tensión comercial, luego de que Washington expresó su intención de retirarse del acuerdo bilateral que regula las exportaciones de tomate mexicano.
Si Estados Unidos concreta su salida del acuerdo, a partir del 14 de julio se impondrían aranceles del 20.91% sobre la mayoría de las exportaciones mexicanas del producto.
México ya había manifestado en abril su intención de renovar el acuerdo, como parte de un esfuerzo más amplio para resolver varios puntos de fricción con su principal socio comercial.
Entre ellos, destaca la preocupación por la plaga del gusano barrenador del ganado, que ha llevado a Estados Unidos a considerar restricciones a las importaciones mexicanas. Esta plaga, cuyas larvas penetran en la piel de animales vivos, puede provocar daños severos e incluso mortales.
Además, ambos países enfrentan tensiones por el cumplimiento de un tratado de reparto de agua que data de hace décadas.
La semana pasada, sin embargo, se anunció un avance en este tema, cuando ambos gobiernos acordaron que México aumentaría sus envíos de agua, considerados vitales por Estados Unidos para los agricultores de Texas.