Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desplegaron el crucero lanzamisiles USS Gettysburg (CG-64) en el Caribe, sumándose al USS Lake Erie (CG-70), según reportes de periodistas especializados y medios como The Washington Post y The War Zone. El buque USS Fort Lauderdale, que también estaba en la región, regresó a Florida.
Se espera que en los próximos días arribe al Caribe el portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno de la flota estadounidense, que se unirá a los demás efectivos navales frente a Venezuela.
Con este despliegue, Estados Unidos contará con ocho buques de guerra, seis destructores, tres buques anfibios y un submarino, sumando un total de trece unidades, su mayor presencia en la región desde la Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991), según el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
Mark Cancian, coronel retirado y experto en defensa del CSIS, señaló que se trata del mayor despliegue naval en Latinoamérica en al menos 25 años, posiblemente 40.
Mientras tanto, legisladores republicanos de Florida reafirmaron su postura crítica hacia el gobierno de Nicolás Maduro. María Elvira Salazar escribió en X que “Venezuela será libre”.
En contraste con reportes de medios como el Miami Herald y The Wall Street Journal, que señalaban preparativos de Estados Unidos para bombardear instalaciones militares en Venezuela, el presidente Donald Trump negó cualquier plan de ataque inminente.
El despliegue naval se da en el marco de operaciones de control de drogas, tras casi dos meses de ataques a 15 lanchas en el Pacífico y el Caribe, que han dejado 61 muertos y tres sobrevivientes desde el 1 de septiembre.
Por su parte, la ONU acusó a Estados Unidos de violar el derecho internacional en estas acciones, calificando las muertes como posibles “ejecuciones extrajudiciales” y pidió el cese inmediato de los ataques, según el alto comisionado para los derechos humanos, Volker Türk.
