Zhi Dong Zhang, ciudadano chino acusado por Estados Unidos de liderar una organización criminal transnacional dedicada al narcotráfico y al lavado de dinero, fue detenido en Cuba tras fugarse de su detención domiciliaria en Cuajimalpa de Morelos, CDMX en julio pasado.
Según informó El País, Zhang ingresó a la isla caribeña con un pasaporte falso después de un intento fallido por entrar a Rusia.
Fuentes oficiales mexicanas indicaron que las autoridades cubanas lo mantienen bajo custodia y realizan un interrogatorio, mientras México espera su entrega para iniciar la extradición a Estados Unidos, donde enfrenta múltiples cargos federales.
Zhang, conocido también como “Brother Wang”, “El Chino” y “Nelson Mandela”, fue detenido inicialmente en Ciudad de México en octubre de 2024.
Sin embargo, en julio de 2025 logró escapar durante su prisión domiciliaria, medida otorgada por un juez que fue duramente criticada por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien señaló que la decisión se tomó “sin ningún argumento” y recordó un caso similar en el del exprocurador Jesús Murillo Karam.
La DEA considera a Zhang un objetivo prioritario. Se le acusa de liderar desde al menos 2016 una red con base en ciudades como Los Ángeles y Atlanta, con operaciones en América Latina, Europa y Asia.
Su organización trabajaba con los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, traficando grandes cantidades de fentanilo y cocaína hacia Estados Unidos. También se le imputan delitos de lavado de dinero por 150 millones de dólares.
Seis días antes de su fuga, un tribunal federal en Georgia presentó nuevos cargos por lavado de al menos 20 millones de dólares entre 2020 y 2021, dinero que habría sido procesado mediante más de 150 empresas fantasma y 170 cuentas bancarias en bancos como Bank of America, JP Morgan y Wells Fargo, con operaciones menores a 100,000 dólares para evitar alertas automáticas. Una de las compañías clave era Mnemosyne International Trading Inc., utilizada como fachada para blanquear dinero.
La investigación estadounidense, reforzada tras la captura de Ruipeng Li, revela que la organización operaba en dos células: una mexicana, encargada de recolectar el dinero de la droga, y otra china, responsable de lavar los fondos mediante transferencias y empresas fachada.
La DEA recopiló evidencia mediante escuchas telefónicas y seguimientos a casas de seguridad, donde Zhang utilizaba palabras clave como “coffee” para referirse al fentanilo y “food” para la cocaína.
Se estima que la red traficó más de 1,000 kilos de cocaína y cerca de 2,000 de fentanilo hacia Estados Unidos.