Al menos 11 personas murieron, entre ellas seis presuntos terroristas y tres miembros del cuerpo paramilitar Frontier Corps (FC), y 32 resultaron heridas este martes en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán tras la explosión de un coche bomba contra una base de seguridad.
El ataque ocurrió cuando un vehículo cargado de explosivos chocó contra el muro perimetral del cuartel del FC, un objetivo frecuente de los grupos insurgentes en la región, según informaron fuentes policiales. Entre los fallecidos se encuentran un atacante suicida y tres miembros del paramilitar.
Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado. Las autoridades sanitarias de Baluchistán declararon la emergencia en todos los hospitales de Quetta y ordenaron que todo el personal médico permaneciera disponible para atender a los heridos.
Baluchistán, la provincia más grande y rica en recursos de Pakistán, ha sido escenario de insurgencia durante décadas.
Grupos armados exigen independencia o mayor autonomía, acusando al gobierno de explotar sus recursos mientras margina a la población local.
La violencia se ha intensificado en los últimos años por la oposición de estos grupos a los proyectos de inversión de China, incluido el Corredor Económico China-Pakistán.
En marzo, una alianza de separatistas anunció que intensificaría los ataques contra fuerzas paquistaníes y objetivos chinos.
Este ataque se suma a otros recientes en la región, como la explosión en un tren de pasajeros el 24 de septiembre que dejó varias personas heridas.