El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el lunes una orden ejecutiva para prorrogar por 90 días más la entrada en vigor de los aranceles a productos chinos, en medio de las negociaciones en curso entre las dos mayores economías del mundo.
La firma se produjo horas antes de que expirara la pausa en estos gravámenes, que había sido acordada tras una tregua de tres meses iniciada en mayo. Esta extensión era esperada luego de la última ronda de conversaciones celebrada a finales de julio en Estocolmo, Suecia.
El Ministerio de Comercio de China confirmó la extensión y expresó su expectativa de que Estados Unidos mantenga esfuerzos para alcanzar un acuerdo positivo basado en la igualdad, respeto y beneficio mutuo.
La guerra comercial entre ambas naciones comenzó con aranceles elevados por ambas partes: Estados Unidos aplicó un impuesto de hasta 145 % a ciertos productos chinos en abril, mientras China respondió con tarifas de hasta 125 % a productos estadounidenses.
En mayo, ambos países acordaron reducir estos aranceles a 30 % y 10 % respectivamente, y acordaron una tregua de 90 días que ahora se extiende.
Durante las negociaciones, China accedió a exportar tierras raras a Estados Unidos y Washington levantó algunas restricciones sobre la exportación de chips a Pekín. Sin embargo, el proceso aún no ha concluido, y se mantiene la incertidumbre.
Recientemente, Trump exigió a China cuadruplicar sus compras de soja estadounidense, lo que algunos analistas ven como una condición para continuar con la tregua.
Además, la posible sanción estadounidense a China por importar petróleo ruso, en medio de la guerra en Ucrania, complica aún más el diálogo. China defiende su derecho a mantener relaciones comerciales normales y rechaza la presión de Estados Unidos.
Esta semana, Trump se reunirá con el presidente ruso Vladimir Putin en Alaska, un encuentro que podría influir en las tensiones entre estas potencias globales.