La Guardia Costera de Estados Unidos publicó este martes un informe tras dos años de investigación sobre la tragedia del sumergible Titán, que implosionó en 2023 durante una expedición a los restos del Titanic, causando la muerte de las cinco personas a bordo. Según la Junta de Investigación Marina, el accidente pudo haberse evitado.
El informe señala que los principales factores que contribuyeron al accidente fueron “el diseño inadecuado del sumergible, la falta de certificación, el mantenimiento deficiente y la ausencia de inspecciones rigurosas por parte de OceanGate”, la empresa operadora que suspendió sus operaciones tras el suceso.
Jason Neubauer, responsable de la investigación, afirmó que “este siniestro marítimo y la pérdida de cinco vidas se pudieron evitar”.
La desaparición del Titán el 18 de junio de 2023 en el océano Atlántico generó una intensa búsqueda internacional.
Cuatro días después, la Guardia Costera confirmó que el sumergible implosionó, causando la muerte de las cinco personas, incluido Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate y piloto de la nave.
“La investigación de dos años ha identificado múltiples factores que contribuyeron a esta tragedia, lo que ha aportado valiosas lecciones para prevenir que vuelva a ocurrir", apuntó Neubauer en el informe.
Además, la junta señaló que OceanGate "no investigó ni abordó adecuadamente" las anomalías detectadas en una expedición previa en 2022.
Los investigadores también indicaron que "el sistema de monitoreo en tiempo real del Titán generó datos que deberían haberse analizado".
Como resultado, la Guardia Costera recomendó fortalecer la regulación y supervisión de los sumergibles, ampliar los requisitos de seguridad para inmersiones científicas o comerciales y exigir documentación para todos los sumergibles estadounidenses.
También sugirió aumentar el personal para mejorar las inspecciones, requerir planes de buceo y emergencia, evaluar las capacidades de rescate submarino y establecer normas internacionales.
A bordo del Titán viajaban el empresario y explorador británico Hamish Harding; el experto francés en el Titanic, Paul-Henry Nargeolet; y el empresario pakistaní-británico Shahzada Dawood junto a su hijo Suleman.
El precio por persona para la expedición turística era de 250 mil dólares y la inmersión duraba alrededor de ocho horas.
El día del accidente, el Titán perdió contacto con la superficie una hora y 45 minutos después de iniciar el descenso hacia los restos del Titanic.
Posteriormente, la familia de Paul-Henri Nargeolet presentó una demanda por negligencia contra OceanGate, reclamando una indemnización millonaria y alegando que la empresa operó el sumergible a pesar de sus antecedentes de fallas.