Corea del Norte ha dejado clara su negativa a entablar conversaciones con Corea del Sur, pese a los recientes gestos conciliadores del nuevo gobierno surcoreano.
Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, declaró este lunes que su país no tiene interés alguno en dialogar con Corea del Sur, sin importar las propuestas que reciba.
En un comunicado oficial, señaló que Pyongyang no considera necesario reunirse ni discutir ningún tema con su vecino del sur, al que se refirió por sus siglas oficiales: RC (República de Corea).
“Aclaramos de nuevo nuestra posición oficial de que no tenemos ningún interés en política u opinión que presente Seúl ni tenemos la necesidad de sentarnos con la RC, ni un tema de discusión con ella”, destacó Kim Yo Jong en el comunicado.
Esta es la primera reacción pública de Corea del Norte frente al nuevo gobierno surcoreano liderado por Lee Jae Myung, quien asumió el poder en junio.
En un intento por mejorar los lazos bilaterales, Lee ha suspendido la propaganda contra Pyongyang en la frontera, frenado el envío de globos con panfletos por parte de activistas, y repatriado a ciudadanos norcoreanos que habían llegado en botes al sur.
Aunque Kim Yo Jong reconoció estos gestos como “esfuerzos sinceros”, aseguró que el nuevo gobierno no se diferencia mucho de los anteriores. Criticó su “confianza ciega” en la alianza militar con Estados Unidos y acusó a Seúl de preparar ejercicios militares conjuntos con Washington, los cuales Corea del Norte ve como una amenaza directa.
Desde la ruptura del diálogo nuclear con Estados Unidos en 2019, Pyongyang ha evitado cualquier acercamiento diplomático, centrando sus esfuerzos en el desarrollo de armas nucleares y el fortalecimiento de lazos con Rusia.
Actualmente, se cree que Corea del Norte ha enviado armas y tropas a Moscú como apoyo en la guerra contra Ucrania, a cambio de ayuda económica, militar y tecnológica.
En un cambio significativo, a principios de este año Kim Jong-un ordenó modificar la Constitución norcoreana para eliminar la meta de reunificación pacífica con Corea del Sur. También designó oficialmente al sur como “enemigo principal”, lo que marca una ruptura total con la idea de una Corea unida.
Expertos interpretan estas medidas como un intento de Kim por consolidar el poder de su familia, frenar la influencia cultural surcoreana, y justificar el uso potencial de armas nucleares contra el sur, al ya no considerarlo una nación hermana, sino un adversario declarado.
Aunque hoy Corea del Norte descarta el diálogo, analistas no descartan que en el futuro reconsidere su postura si las condiciones con Rusia cambian, especialmente si el conflicto en Ucrania llega a su fin.