Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable en la Corte de Chicago, Illinois de cuatro delitos relacionados con narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas de fuego. Esta decisión lo convierte en el primer hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa en aceptar cargos formales ante la justicia estadounidense.
De acuerdo con los fiscales, Ovidio, junto a su hermano Joaquín Guzmán López, lideraba una facción del Cártel de Sinaloa conocida como “Los Chapitos”.
Las autoridades los acusan de haber coordinado el envío masivo de drogas, incluyendo fentanilo, hacia Estados Unidos, agravando la crisis de sobredosis en ese país.
La jueza Sharon Coleman, fijará su sentencia dentro de seis meses, y previsiblemente Guzmán evitará la cadena perpetua al acceder a colaborar con la Justicia.
Sin embargo, el fiscal puntualizó que solicitará una pena menor a la perpetuidad siempre que Guzmán “cumpla” con lo que se ha comprometido, es decir -aunque no lo dijo explícitamente- dé suficiente información a la justicia estadounidense para seguir persiguiendo el narcotráfico.
Como parte del acuerdo, Ovidio admitió haber supervisado la producción y distribución de grandes cantidades de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo.
Aunque se declaró culpable, los detalles sobre su posible sentencia o algún tipo de cooperación con las autoridades aún no han sido revelados.
La audiencia para su declaración fue aplazada de miércoles a viernes por decisión de la jueza federal Sharon Coleman, sin explicar los motivos. Estos retrasos han sido comunes durante el proceso.
Ovidio fue capturado por fuerzas mexicanas a principios de 2023 y extraditado posteriormente a Estados Unidos. Inicialmente se declaró inocente, pero cambió su postura en los últimos meses mientras avanzaban las negociaciones con la fiscalía.
En paralelo, su hermano Joaquín Guzmán López y otro líder del cártel, Ismael “El Mayo” Zambada, fueron arrestados en julio de 2024 en Texas.
Ambos enfrentan cargos graves y se han declarado inocentes. Su captura provocó enfrentamientos violentos en Sinaloa entre distintas facciones del cártel.
Joaquín “El Chapo” Guzmán, padre de los acusados, cumple cadena perpetua desde 2019 por tráfico de drogas a gran escala durante más de dos décadas.