Un tren de Alta Velocidad Española (AVE) que salió de Madrid con destino a Málaga sufrió una falla mecánica la noche del lunes 30 de junio, lo que provocó que 318 pasajeros quedaran atrapados durante 14 horas a bordo, en plena ola de calor y sin aire acondicionado.
La avería se registró a las 20:30 horas (hora local), entre las localidades de Los Yeles (Toledo) y La Sagra (Madrid). Como consecuencia, se detuvo la circulación ferroviaria en ambos sentidos, afectando a un total de 23 trenes, según medios locales.
El tren no logró reanudar su marcha y regresó a Madrid hasta las 10:15 horas del martes 1 de julio. Durante ese tiempo, los pasajeros permanecieron encerrados en el interior del vagón, sin ventilación ni servicios básicos, en medio de altas temperaturas superiores a los 32 °C.
Las condiciones a bordo causaron momentos de tensión, ataques de ansiedad, e incluso fue necesaria la intervención de los servicios médicos para asistir a personas con complicaciones de salud. Algunos pasajeros reportaron que incluso se les cobraba por el agua, a pesar de la emergencia.
En redes sociales, se denunciaron situaciones de incomodidad extrema: calor sofocante, falta de electricidad, escasez de baños y presencia de insectos. Afuera del tren había agua estancada y mosquitos, por lo que muchos optaron por permanecer dentro a pesar del calor.
Renfe, la empresa operadora del servicio AVE, fue señalada por falta de respuesta ante la emergencia. No obstante, los servicios de emergencia y la Guardia Civil acudieron al lugar aproximadamente una hora después del incidente para asistir a los pasajeros.