El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, firmó este domingo un decreto que inicia el proceso para retirar al país de la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersona, también conocida como el Tratado de Ottawa.
Este tratado, ratificado por más de 160 países, prohíbe la adquisición, producción, almacenamiento y uso de minas antipersona, un armamento considerado indiscriminado y peligroso para la población civil.
Zelenski respalda así la medida del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, que aprobó la salida del tratado, según informó un portavoz del Servicio de Seguridad de Ucrania, el coronel Roman Kostenko, en redes sociales.
“Me acaban de informar que el Presidente de Ucrania firmó un decreto por el que entra en poniendo en vigor la decisión del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania de retirar nuestro Estado de la Convención de Ottawa, un tratado internacional que prohíbe el uso, acumulación y producción de minas antiinfantería”.
La salida definitiva de la convención aún debe ser aprobada por el Parlamento unicameral ucraniano, la Verjovna Rada.
“Este es un paso que la realidad de la guerra exigía desde hace mucho tiempo. Rusia no es parte de esta convención y aplica masivamente minas contra nuestros militares y civiles. No podemos permanecer atados cuando el enemigo no tiene limitaciones”, argumentó.
Mientras tanto, otros países de Europa del Este como Polonia, Letonia, Estonia y Finlandia también están evaluando abandonar el tratado, argumentando que limita sus capacidades defensivas frente a una posible agresión rusa.
Estos Estados miembros de la OTAN comparten frontera con Rusia y consideran que la convención no se adapta a las actuales amenazas geopolíticas.
El Tratado de Ottawa fue adoptado en 1997 y entró en vigor en 1999, tras el fin de la Guerra Fría.
Aunque ha sido respaldado por gran parte de la comunidad internacional, potencias como Rusia, China, India, Estados Unidos e Israel nunca lo han firmado, lo que ha generado fuertes críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Amnistía Internacional ha advertido sobre los efectos devastadores de este tipo de armamento.
“El Derecho Internacional prohíbe tanto el uso de armas indiscriminadas como los ataques indiscriminados que ponen en peligro la vida de civiles. Estos ataques perpetrados de forma deliberada constituyen crímenes de guerra”.
Actualmente, más de 50 países están afectados por minas antipersona, siendo Ucrania el más afectado.
Estas minas están diseñadas para detonar al contacto y, según Amnistía Internacional, son explosivos “indiscriminados” e “imprecisos” que ponen en grave riesgo a la población civil.