Un intento de motín estalló este jueves en el centro de detención Delaney Hall, luego de que un grupo de inmigrantes encarcelados protestara por la falta de comida y malas condiciones. Durante el caos, cuatro detenidos lograron escapar, según confirmó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). La instalación permanecerá cerrada temporalmente mientras continúan las labores de búsqueda.
Los hechos ocurrieron tras más de 20 horas sin alimento, lo que desató la inconformidad de los internos. Según organizaciones como la Alianza de Nueva Jersey para la Justicia de los Inmigrantes, los detenidos derribaron una pared e intentaron romper ventanas. También se reportaron condiciones extremas como agua hirviendo saliendo de las tuberías y reducción en las horas de visita.
Videos difundidos en redes sociales muestran la llegada de decenas de agentes policiales, muchos enmascarados y portando gas pimienta. Testimonios indican que las autoridades habrían lanzado gas lacrimógeno dentro del centro para controlar la situación.
El alcalde de Newark, Ras Baraka, expresó su preocupación por los reportes de maltrato, motín y la fuga de detenidos. Baraka, quien también es candidato a la gobernatura de Nueva Jersey, ha intentado ingresar al centro sin éxito desde su reapertura en mayo. Asegura que Delaney Hall reabrió sin un certificado válido y ha denunciado su arresto reciente como parte de una persecución política.
El centro, operado por la empresa privada GEO Group, tiene capacidad para mil personas y opera bajo un contrato de 1.000 millones de dólares con la administración del expresidente Donald Trump. Desde su reapertura, ha sido objeto de protestas diarias por parte de activistas, vecinos y organizaciones pro migrantes.
Fuera del centro, manifestantes también enfrentaron a las fuerzas del orden la noche del jueves. Algunos bloquearon accesos, mientras otros fueron dispersados con gas pimienta. Según activistas, a los abogados no se les ha permitido ingresar para ver a sus clientes y toda actividad dentro del centro ha sido suspendida.
Organizaciones como Cosecha, Pax Christi y First Friends of New Jersey and New York denuncian desde hace semanas raciones insuficientes de comida, falta de atención médica y cancelaciones repentinas de visitas familiares.
Ante la gravedad de la situación, el alcalde Baraka exigió respuestas inmediatas tanto al GEO Group como al Departamento de Seguridad Nacional, y advirtió sobre los peligros que representa la operación de prisiones privadas sin supervisión adecuada.
