Ucrania llevó a cabo un ataque con drones en territorio ruso que destruyó al menos 41 aviones militares, según confirmó un alto funcionario de seguridad ucraniano. Esta operación, planeada durante más de un año y medio y supervisada directamente por el presidente Volodímir Zelensky, marca uno de los golpes más profundos al interior de Rusia desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
El ataque se ejecutó el domingo por la tarde, utilizando drones transportados en camiones con contenedores, que impactaron principalmente en aeródromos militares, incluida la base aérea de Belaya, ubicada en Irkutsk, a más de 4,000 kilómetros de la frontera ucraniana. También se reportó actividad de drones en las regiones rusas de Ryazan y Murmansk, aunque sin más detalles.
Mientras tanto, Rusia lanzó ese mismo día su mayor ofensiva con drones hasta ahora, con 472 aparatos atacando distintas zonas de Ucrania, de acuerdo con la Fuerza Aérea ucraniana.
El ataque ucraniano ocurre en la antesala de una nueva ronda de negociaciones de paz entre ambos países, programada para este lunes en Estambul. Zelensky confirmó que el Ministro de Defensa, Rustem Umerov, encabezará la delegación ucraniana. Kiev exige que Moscú presente por escrito su postura sobre el fin del conflicto antes de continuar con los diálogos.
En el frente, la situación sigue siendo crítica. El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber tomado el control del pueblo de Oleksiivka, en la región ucraniana de Sumy. Ante el avance, las autoridades locales ordenaron evacuaciones obligatorias en 11 comunidades. Además, Ucrania informó que Rusia concentra esfuerzos ofensivos en las regiones de Donetsk y la zona fronteriza con Sumy.
Este nuevo episodio refleja la intensificación del conflicto en todos los frentes, tanto en el campo de batalla como en los intentos diplomáticos por alcanzar un alto al fuego.