La Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), agencia de inteligencia interna de Alemania, ha clasificado oficialmente al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) como un “caso seguro de extremismo de derechas”, lo que permitirá aumentar la vigilancia sobre el principal partido de oposición del país.
Esta medida implica que los servicios secretos alemanes ahora pueden intervenir comunicaciones, acceder a correos electrónicos e incluso infiltrar informantes en la organización. La decisión se produce después de que AfD obtuviera un 20,8 % de los votos en las elecciones generales del pasado febrero, posicionándose como la segunda fuerza política del país.
AfD ha calificado la acción como un “ataque a la democracia” y ha tratado de impugnar legalmente decisiones similares en el pasado. No obstante, el Tribunal Administrativo Superior de Renania del Norte-Westfalia ya había respaldado anteriormente la evaluación de la BfV que lo consideraba un caso sospechoso.
A pesar de esta clasificación, la BfV no puede solicitar la prohibición del partido; esa acción solo puede ser iniciada por el Parlamento (Bundestag), el Bundesrat o el Gobierno, y tendría que ser aprobada por el Tribunal Constitucional en Karlsruhe.
Aun con estas advertencias, AfD ha seguido creciendo, incluso ganando las elecciones regionales en el estado de Turingia. Encuestas recientes lo colocan en empate técnico o por encima del bloque conservador liderado por la CDU y la CSU.