El aspecto y textura de las piezas son ásperos, como el de la tierra que ha sido convulsionada por el máximo calor, pero que guardó un toque de resistencia.
Aunque su intención no es la de demostrar la existencia del fenómeno que da título a la muestra, el creador plástico sí aborda esa situación desde un punto un tanto novedoso, reflexivo y poético.
“Creo que Cuernavaca apenas se está abriendo al arte, porque la gente no se compenetra con el arte. Estamos luchando para que la gente venga a ver muestras de arte contemporáneo”, señala Brenda Echeverría.
Mi fotografía es autorreferencial, admite Chen, “siempre hay una referencia con vivencias, si uno es realmente artista que quiere sacar las cosas, que no sea superficial”, señala en entrevista.