Las tortillas de maíz continúan siendo uno de los alimentos más completos y accesibles dentro de la mesa mexicana. Elaboradas con maíz nixtamalizado, se obtienen tras cocer el grano con cal para mejorar su valor nutricional, crear una masa y darle forma en discos que se cuecen en el comal. El resultado son piezas delgadas, flexibles y presentes en innumerables platillos.
En México y gran parte de Centroamérica, este alimento es parte esencial de la vida diaria. Funciona como acompañamiento o base culinaria y destaca por su accesibilidad, su aporte de carbohidratos complejos, fibra, calcio y pequeñas cantidades de proteína. Aun así, su consumo excesivo puede influir en el aumento de peso, ya que aporta una cantidad considerable de energía.

¿Cuántas tortillas se pueden comer al día?
De acuerdo con especialistas en nutrición, se pueden incluir hasta seis tortillas al día dentro de una alimentación equilibrada. Lo ideal es repartirlas, por ejemplo: tres en la mañana, dos por la tarde y una o dos por la noche. Esta sugerencia se mantiene siempre que no se consuman otras fuentes importantes de carbohidratos, como pan, pastas o derivados del maíz. Por cada porción adicional de estos alimentos, se recomienda restar una tortilla del total diario.
La cantidad ideal depende de factores como actividad física, estado de salud y necesidades energéticas. Alguien con ejercicio moderado puede mantenerse en el límite de seis piezas, mientras que una persona sedentaria podría reducir una o dos. En contraste, quienes realizan entrenamientos intensos pueden necesitar una mayor cantidad.

Formas saludables de disfrutarlas
Además de la cantidad, influye la manera de consumirlas. Para aprovechar mejor sus cualidades, se sugiere evitar combinaciones con grasas saturadas como manteca, exceso de aceite, quesos altos en grasa, embutidos o frituras. También es recomendable integrarlas con proteínas y vegetales —frijoles, nopales, pollo, pescado o verduras— para crear opciones más completas.
Es preferible elegir tortillas al comal o calentadas sin aceite y limitar su versión frita. Reducir el uso de sal y salsas procesadas ayuda a evitar un consumo elevado de sodio. Asimismo, pueden funcionar como alternativa al pan blanco refinado, favoreciendo una ingesta menor de azúcares simples. Optar por tortillas frescas y sin conservadores, ya sea revisando etiquetas o acudiendo a tortillerías tradicionales, es otra práctica recomendable.
Consumidas con moderación y acompañadas de ingredientes nutritivos, las tortillas de maíz siguen siendo un alimento fundamental y benéfico dentro de la dieta mexicana.
