La vaselina, además de hidratar labios o zonas secas, también ha ganado presencia en el cuidado de las pestañas.

Este producto tradicional de botiquín se ha vuelto uno de los más comentados en redes, pues además de su uso común en la piel, ofrece beneficios que han llamado la atención dentro de las rutinas de belleza. Aunque muchos creen que favorece el crecimiento, su función real es acondicionar la fibra capilar, disminuir la caída y evitar que se quiebre por el uso frecuente de rímel o rizador. Su consistencia forma una barrera que ayuda a conservar la humedad natural y aporta un brillo más notorio.

Aplicar una pequeña cantidad puede aportar suavidad, luminosidad y un aspecto más saludable. Al utilizarla antes de dormir, mantiene las pestañas flexibles y previene que se resequen o se partan por el roce con el maquillaje.

Algunas personas incluso la usan como sustituto ligero del rímel para conseguir un efecto natural o de “pestañas húmedas” durante el día.

Pasos para usarla correctamente:

• Lava el rostro y asegúrate de retirar cualquier resto de maquillaje.
• Con un cepillo limpio o un hisopo, toma apenas una mínima porción de vaselina.
• Distribúyela suavemente desde la raíz hasta las puntas.
• Aplícala preferentemente por la noche para que actúe mientras duermes.
• Evita excederte: usar demasiado producto puede generar irritación o sensación grasosa.

Aunque es segura, no debe entrar directamente en los ojos. Si aparece ardor o lagrimeo, enjuaga con abundante agua y suspende su uso.

Los especialistas aconsejan elegir versiones completamente puras y sin fragancia para evitar reacciones adversas. Y si utilizas extensiones o tratamientos especializados, consulta antes con un profesional, ya que este tipo de producto puede afectar los adhesivos.

La vaselina puede convertirse en una aliada para mantener las pestañas protegidas e hidratadas, siempre que se utilice con precaución. Una prueba más de que los métodos más sencillos suelen ser los que mejor funcionan.