Retirar el altar de muertos no implica olvidar a los difuntos, sino cerrar con respeto el encuentro espiritual con quienes ya partieron.
En México, el Día de Muertos es una de las tradiciones más profundas y apreciadas, donde las familias elaboran altares llenos de color, aroma y simbolismo para recibir a las almas de sus seres queridos. Tras el 1 y 2 de noviembre, surge la duda: ¿cómo y cuándo desmontar correctamente la ofrenda? Este proceso forma parte del ritual, representando la despedida y el cierre del encuentro espiritual.

¿Cuándo retirar el altar?
Según la tradición, las almas permanecen en los hogares hasta la madrugada del 3 de noviembre, momento en que regresan al más allá. Por ello, expertos en cultura popular recomiendan esperar hasta el 3 o 4 de noviembre para comenzar a retirar los elementos, dando tiempo a que los espíritus “emprendan su camino de regreso”.
Paso 1: Agradecer y despedir a los difuntos
Antes de mover cualquier objeto, se sugiere agradecer a los difuntos por su visita. Algunas familias encienden una última vela, rezan o expresan palabras de cariño, honrando el propósito del altar y cerrando el ciclo espiritual con respeto y gratitud.
Paso 2: Apagar las velas con cuidado
El siguiente paso es apagar velas o cirios, que simbolizan la luz que guió a las almas al hogar. Se recomienda no soplarlas, sino extinguirlas con los dedos o una herramienta especial, como muestra de respeto.
Paso 3: Retirar flores y elementos naturales
Las flores de cempasúchil, que marcaron el camino y adornaron el altar, deben retirarse con cuidado. Pueden colocarse en macetas, compostarse o devolverse a la tierra. También se retiran hojas, ramas u otros elementos naturales, evitando desecharlos de manera descuidada.

Paso 4: Quitar alimentos y bebidas
Los alimentos, pan de muerto, frutas y bebidas ya cumplieron su función espiritual. La tradición indica que las almas absorben su esencia, por lo que algunas familias los comparten con la familia o animales, mientras otras los desechan con respeto, nunca sin intención simbólica.
Paso 5: Guardar fotografías y objetos personales
Tras retirar lo comestible y natural, se guardan fotografías, imágenes religiosas y objetos personales de cada ser querido. Es un buen momento para limpiar copas, platos, manteles o adornos, dejándolos listos para el próximo año.
Paso 6: Desmontar niveles y limpiar el espacio
Finalmente, se desarman los niveles del altar —ya sean dos, tres o siete— y se limpia la zona donde estuvo colocado. Limpiar con incienso o copal puede servir como purificación y muestra de agradecimiento final, simbolizando el retorno a la vida cotidiana.

Un acto de cierre y renovación
Retirar el altar no significa olvidar, sino cerrar con respeto el encuentro espiritual con los difuntos. Realizado con calma y gratitud, este proceso reafirma la importancia del amor, la memoria y la continuidad de la vida. Así, el ritual no termina el 2 de noviembre, sino que se completa cuando la familia despide a las almas, preparándose para recibirlas nuevamente el siguiente año.
