La grasa es, sin duda, uno de los tipos de manchas más difíciles de eliminar en la cocina con el paso del tiempo.
Se dice que para que una cocina se vea amplia y elegante, las paredes deben pintarse con tonos claros, por lo que colores como blanco, crudo o beige son los preferidos para embellecer estos espacios. Sin embargo, la apariencia se ve afectada en cuanto aparecen las primeras manchas.
Quienes realizan tareas domésticas saben que la cocina es un espacio de trabajo constante: se cuece, se fríe, se muele y se corta, y estas actividades dejan pequeñas partículas que se adhieren a paredes y azulejos. Con el tiempo, la grasa se impregna y se vuelve difícil de borrar, dejando huellas visibles sobre la pintura y otros acabados.
Cómo eliminar manchas recientes de grasa
Para mantener la cocina siempre reluciente, el bicarbonato de sodio se convierte en un aliado económico y versátil, ya que permite preparar mezclas con distintos grados de intensidad.
Si la mancha es reciente, lo ideal es limpiarla de inmediato. Una esponja con agua tibia y jabón suele ser suficiente. Si persiste, espolvorea bicarbonato sobre la zona y deja que absorba la humedad durante 20 minutos. Luego, con un cepillo de cerdas suaves, retira los restos realizando movimientos circulares y termina con un paño húmedo.
Para manchas difíciles
Cuando se trata de grasa antigua, se puede recurrir a una mezcla de dos ingredientes comunes en la cocina: bicarbonato y vinagre blanco. Basta con combinar una cucharada de bicarbonato con un chorrito de vinagre, aplicar sobre la mancha y esperar la reacción efervescente, capaz de eliminar incluso las manchas más resistentes.
Con estos sencillos trucos, las paredes y azulejos de la cocina pueden recuperar su aspecto limpio y cuidado, sin necesidad de productos costosos o abrasivos.