Modificar la forma de un medicamento sin supervisión profesional puede traer riesgos para la salud y afectar su eficacia. Antes de partir o triturar una pastilla, es fundamental consultar a un médico o farmacéutico para garantizar un uso seguro.
Muchas personas, por comodidad o dificultad para tragar, optan por partir sus medicamentos. Sin embargo, no todas las tabletas están diseñadas para esta práctica. Alterar la estructura de un fármaco puede cambiar la forma en que se libera y absorbe en el organismo.
Alteración del efecto del medicamento
Las tabletas suelen tener recubrimientos especiales que protegen el principio activo o permiten su liberación controlada. Al triturarlas, este recubrimiento se rompe, lo que puede hacer que el fármaco actúe demasiado rápido o pierda efectividad, reduciendo los beneficios del tratamiento.
Riesgo de efectos secundarios
Cambiar la forma de una pastilla sin indicación médica puede aumentar la dosis absorbida en menor tiempo, elevando la probabilidad de efectos adversos como irritación gástrica, náuseas o intoxicación. Este riesgo es más alto en fármacos de liberación prolongada o con sustancias potentes. Algunos medicamentos están diseñados para disolverse únicamente en el intestino; triturarlos puede liberar el contenido en la zona equivocada y causar molestias abdominales.
Alternativas seguras
Si se dificulta tragar pastillas enteras, lo recomendable es consultar con un profesional de la salud. Existen presentaciones alternativas como jarabes, suspensiones, cápsulas blandas o comprimidos dispersables, que permiten ingerir el medicamento sin comprometer su eficacia.
Partir o triturar medicamentos sin orientación pone en riesgo la salud y limita la efectividad del tratamiento. Siempre es necesario buscar la recomendación de un especialista antes de modificar la forma de un fármaco.