Ahorrar ha sido considerado durante mucho tiempo un hábito positivo. Desde pequeños, muchos reciben el consejo de guardar una parte de sus ingresos para emergencias o metas futuras. Sin embargo, hoy surge una pregunta polémica: ¿realmente guardar dinero puede empobrecerte en lugar de beneficiarte?
La respuesta depende de varios factores, principalmente la inflación y la manera en que se administra el dinero. Guardar efectivo “debajo del colchón” o mantenerlo inmóvil en una cuenta sin rendimiento puede parecer seguro, pero en realidad ese dinero pierde valor con el tiempo. Si los precios suben y el dinero no genera intereses ni se invierte, el poder adquisitivo disminuye, es decir, con la misma cantidad podrás comprar cada vez menos.
Por ejemplo, alguien que ahorró 10 mil pesos hace cinco años y no los movió, hoy no podría adquirir los mismos productos o servicios que en aquel momento. Esto explica por qué muchos especialistas afirman que ahorrar sin estrategia puede hacerte “más pobre”.
El ahorro moderno se centra en poner el dinero a trabajar. Esto puede lograrse mediante instrumentos financieros como cuentas de ahorro con intereses, fondos de inversión, cetes, bienes raíces o incluso emprendimientos. La clave no es solo guardar, sino multiplicar el dinero.
También es importante diferenciar entre ahorro de corto y largo plazo. El primero se utiliza para metas inmediatas, como vacaciones, un curso o emergencias médicas; en estos casos, tener liquidez es útil y necesario. Para objetivos futuros, como la jubilación o la compra de una vivienda, lo recomendable es recurrir a inversiones que protejan el dinero de la inflación y lo hagan crecer.
Guardar dinero no es negativo, pero hacerlo sin estrategia puede volverse contraproducente. Ahorrar sigue siendo esencial, aunque debe combinarse con educación financiera e inversión inteligente. Así, en lugar de perder valor, tu dinero puede convertirse en una herramienta que trabaje a favor de tu bienestar económico.