Las verrugas en el cuello son un problema común que, aunque generalmente no representan un riesgo para la salud, pueden resultar incómodas o poco estéticas. Estas pequeñas protuberancias suelen aparecer por el virus del papiloma humano (VPH), aunque también influyen factores como la edad, el roce constante con la ropa o el exceso de sudoración.
¿Por qué aparecen?
Infección viral: la mayoría se deben al VPH.
Fricción constante: el contacto de cadenas, camisas o piel con piel favorece su desarrollo.
Bajas defensas: un sistema inmunológico debilitado aumenta la probabilidad de que surjan.
Predisposición individual: algunas personas son más propensas que otras.
Opciones médicas
Si deseas eliminar estas lesiones de manera segura, lo más recomendable es acudir a un dermatólogo. Entre los tratamientos más frecuentes están:
Crioterapia: congelación con nitrógeno líquido para que la verruga se desprenda en pocos días.
Electrocauterio o láser: técnicas que eliminan la lesión mediante calor controlado.
Cirugía menor: corte sencillo bajo anestesia local en verrugas grandes o persistentes.
Medicamentos tópicos: cremas con ácidos especiales que favorecen la caída de la verruga.
Remedios caseros que pueden ayudar
Aunque no sustituyen la atención médica, algunos métodos naturales se usan como apoyo:
Vinagre de manzana: aplicar con un algodón durante la noche puede secar gradualmente la verruga.
Ajo fresco: conocido por sus propiedades antivirales, se coloca triturado sobre la zona y se cubre con una gasa.
Aceite de árbol de té: se utiliza de forma tópica por sus propiedades antimicrobianas.
Es importante recordar que la eficacia de estos métodos caseros varía y no siempre resuelven el problema por completo.
Precauciones importantes
- No intentes cortar, arrancar ni quemar una verruga en casa; esto puede causar sangrado, infección o cicatrices.
- Evita automedicarte sin supervisión profesional.
- Consulta al médico si la verruga cambia de color, crece rápidamente o causa dolor.
Las verrugas en el cuello son frecuentes y, aunque en la mayoría de los casos no son peligrosas, pueden generar molestias físicas y emocionales. La forma más segura de eliminarlas sigue siendo mediante tratamientos médicos, mientras que los remedios caseros pueden servir como complemento de apoyo.