La sal es un compuesto químico con múltiples propiedades que la convierten en un aliado valioso en el hogar. Desde tiempos antiguos se ha empleado no solo para sazonar y conservar alimentos, sino también para remedios naturales y tareas de limpieza.
Un artículo de la Universidad de Hawái, Mānoa, detalla que la sal o cloruro de sodio (NaCl) es un mineral esencial en la dieta humana. Al disolverse, libera iones de sodio y cloruro, fundamentales para funciones corporales como la regulación de líquidos, el funcionamiento del sistema nervioso y la presión sanguínea. Aunque es indispensable para el organismo, su uso también se extiende a otras áreas menos conocidas.
De acuerdo con el sitio Healthline y el blog de la marca Sal Roche, la sal marina posee cualidades abrasivas, desinfectantes y absorbentes. Estas propiedades permiten eliminar suciedad, malos olores y bacterias en diversas superficies. Su acción se debe a que, al absorber agua, deshidrata las células bacterianas por ósmosis, provocando que sus proteínas dejen de funcionar y colapsen. Aunque algunas bacterias, como Staphylococcus, pueden resistir más, la mayoría es susceptible a este efecto.
Una aplicación poco conocida pero muy útil es utilizar sal para lavar platos. Su textura permite limpiar profundamente la superficie, eliminar microorganismos y dejar un acabado reluciente. Para aplicar este método, sigue estos pasos:
- Espolvorea una cantidad generosa de sal sobre los platos.
- Añade un poco de agua hasta formar una pasta.
- Frota con esponja o cepillo.
- Enjuaga con agua caliente.
- Deja secar al aire libre; no guardes los utensilios húmedos para evitar moho.
Además, la sal puede mezclarse con otros ingredientes para potenciar su efecto:
Grasa y restos en hornos o charolas: mezcla con bicarbonato de sodio, aplica la pasta, deja reposar 30 minutos y lava.
Manchas de café en tazas: combina dos cucharadas de sal con una de vinagre, frota y enjuaga.
Desinfección de tablas de madera: mezcla sal con jugo de limón, talla la superficie, deja actuar cinco minutos y enjuaga con agua caliente.
Pulir utensilios de metal: haz una pasta con harina, sal y vinagre blanco, aplícala con movimientos circulares y limpia con una toalla de papel.
En resumen, la sal no solo es un ingrediente indispensable en la cocina, también representa una alternativa natural, económica y efectiva para la limpieza del hogar. Usarla en la vajilla ayuda a mantenerla libre de gérmenes y en excelentes condiciones.