La papada es una zona común del rostro que puede perder firmeza con el paso del tiempo, por genética o incluso por malos hábitos posturales. Aunque es completamente normal, muchas personas buscan mejorar su perfil facial sin recurrir a procedimientos invasivos. La buena noticia es que sí es posible reducirla desde casa con ejercicios faciales simples y efectivos.
¿Por qué aparece la papada?
Las principales causas incluyen:
Pérdida de colágeno y elasticidad con la edad
Acumulación de grasa bajo el mentón
Retención de líquidos
Postura inadecuada (como mirar el celular hacia abajo)
Factores hereditarios
Con un poco de constancia, es posible tonificar esta área y lograr un rostro más definido.
5 ejercicios para reducir la papada
1. Beso al cielo
Inclina la cabeza hacia atrás y envía un beso exagerado al techo. Mantén 10 segundos y repite 10 veces. Ayuda a fortalecer el cuello y mandíbula.
2. Empuje con el puño
Coloca tu puño bajo el mentón y haz presión con la mandíbula hacia abajo. Mantén 5 segundos y repite 10 veces. Tonifica los músculos submentonianos.
3. Estiramiento lateral de cuello
Gira el cuello hacia un lado, inclina ligeramente la cabeza hacia atrás y estira por 10 segundos. Cambia de lado. Mejora la firmeza y circulación.
4. Vocales exageradas
Pronuncia “O” y “E” de forma exagerada sin mostrar los dientes. Haz 10 repeticiones. Activa los músculos del rostro inferior.
5. Lengua al paladar
Presiona la lengua contra el paladar con la boca cerrada y tensión en el cuello. Mantén 10 segundos y repite 10 veces. Define el contorno del mentón.
Consejos para mejores resultados
Hidrátate bien: ayuda a evitar retención de líquidos.
Masajea tu rostro: con rodillos o gua sha para estimular la circulación.
Cuida tu postura: mantener la cabeza erguida previene la flacidez.
Aliméntate de forma balanceada: para evitar acumulación de grasa.
Reducir la papada y lograr un rostro más esculpido no requiere cirugías ni grandes inversiones. Con solo unos minutos al día, estos ejercicios pueden ayudarte a reafirmar la piel, fortalecer los músculos del cuello y mejorar tu perfil facial. Lo importante es la constancia: tu piel —y tu autoestima— te lo agradecerán.